Seres creados por Dios, por María García de Fleury
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El rasgo más original de la visión bíblica de la dignidad del hombre y la mujer es qué es vulnerable, por eso debe ser afirmada aún en medio del dolor y la injusticia.
La Biblia enseña que Dios creó al hombre a su imagen. En la imagen Divina lo creo, hombre y mujer los creo, así dice el libro del Génesis en el Capítulo 1. La palabra crear se usa tres veces, haciendo hincapié en un momento especial de la coronación de todo el proceso de Dios haciendo el mundo y todo en él.
Al hombre y a la mujer le dio Dios dominio sobre todo lo demás en el mundo visible, pero esta condición no lo libera de su propia miseria, ni de los atropellos de los injustos, ni de los designios inescrutables de Dios.
En la Biblia comprobamos que la vida humana es diferente de otros tipos de vida, porque los seres humanos estamos hechos a imagen y semejanza de Dios. En el Nuevo testamento el horizonte de esta dignidad de vidas se ensancha porque se repite que fue Dios quién desde el inicio pensó y creó al hombre y a la mujer con la capacidad de razonar y amar a su creador y a sus hermanos.
Estás características se las dio Dios a todos los seres humanos, libre y plenamente amados, pero como dice San Pablo en su carta a los gálatas en el capítulo 2 y a los romanos en el capítulo 2 también, Dios no hace distinción de personas. Por eso todo hombre y toda mujer es ahora mi prójimo, el enemigo, el pecador, el pobre, porque todos los hombres tienen la misma dignidad de criatura a imagen y semejanza de Dios.
Cristo se identifica con la porción doliente de la humanidad. Gracias al perdón y a la ternura de Dios todo hombre y toda mujer tiene la capacidad de darle a su vida un curso diferente y en esta capacidad de libertad radica su dignidad.
Hay que defender la dignidad, la de aquellos sobre todo que la tienen vulnerada. El hombre y la mujer son las únicas criaturas en la tierra a la que Dios ha amado por sí mismo, dice la encíclica gaudium et spes en el número 24 del Concilio Vaticano segundo.
Solo el hombre y la mujer estamos llamados a participar por conocimiento y amor en la vida de Dios mismo, para este fin hemos sido creados y esta es otra razón fundamental de la dignidad del ser humano.
Dios eterno conocía cada persona desde antes de hacerla y deliberadamente llamo a que naciéramos. El Salmo 8 dice «señor qué es el hombre para que te acuerdes de él, qué es el hijo de Adán para que lo cuides, has hecho que domine las obras de tus manos, tú lo has puesto todo bajo sus pies». Ahí está la clave
Dios hizo al hombre y a la mujer y considera que somos muy valiosos, tanto así que se convirtió en uno de nosotros y murió por nosotros. Todo esto claramente contradice la declaración qué se hace con el aborto, con la guerra, al considerar a la vida humana como desechable.
La misma Encarnación del hijo de Dios manifiesta la igualdad de todas las personas en cuanto a su dignidad. Ya no hay judío, ni griego, ni esclavo, ni libre, ni hombres, ni mujeres. Todos son uno en Jesús. Por eso estamos llamados a reconocernos dignos y amados por Dios y buscar el bien común para todos. Rechazar el asesinato, rechazar la guerra, defender la vida es trabajo de todos los que creemos en Dios y recordemos que con Dios siempre ganamos!