Ser amable puede mejorar la salud del cerebro
Agencias
Sorprendentemente, los investigadores descubrieron que los niveles de empatía de los niños se mantenían por debajo de la media a pesar de la notable mejora tras el entrenamiento. Esto podría deberse a que las medidas de seguridad de Covid-19 limitaron significativamente el aprendizaje social y emocional normal de los niños.
Los investigadores también comprobaron si la comprensión de la ciencia que subyace al programa de formación en amabilidad afecta a la capacidad de recuperación de los padres.
Un grupo aleatorio de 21 madres participantes recibió algunos párrafos adicionales para leer sobre la flexibilidad y la plasticidad del cerebro, pero los investigadores no encontraron ninguna diferencia en el nivel de resiliencia de los padres, ni en la empatía de sus hijos, con la adición de las enseñanzas de la ciencia del cerebro.
Los padres pueden aprender estrategias sencillas para practicar la amabilidad de forma efectiva, justo en su propia casa, para crear un entorno saludable para el cerebro de sus hijos.
“En momentos de estrés, tomarse un momento para practicar la bondad para uno mismo y modelarla para sus hijos puede aumentar su propia resiliencia y mejorar los comportamientos prosociales de sus hijos. No subestime el poder de la amabilidad, porque en última instancia puede cambiar y moldear la salud del cerebro”, apunta otra de las autoras, Julie Fratantoni.
Los impactos de la amabilidad pueden incluso extenderse más allá de las familias. “La amabilidad puede ser un poderoso potenciador de la salud cerebral que aumenta la resiliencia, no sólo para los padres y las familias, sino para la sociedad en su conjunto”, concluye Johnson.
Con información de El Mundo