Un tango gigante en el Vaticano para el cumpleaños del Papa Francisco
Ciudad del Vaticano, Santa Sede | AFP. Miles de apasionados por el tango deben bailar este miércoles en la plaza de San Pedro del Vaticano al son del bandoneón, en respuesta a una invitación lanzada en las redes sociales para celebrar el 78 cumpleaños del papa argentino Francisco.
Llegados de toda Italia y algunos incluso de más lejos, los bailarines se levantaron al alba para asistir en primera fila a la audiencia general que comenzó a las 10h00 locales.
Cuando el papa Francisco llegó a la plaza, agitaron un pañuelo blanco, mientras que otros fieles entre los 13.000 presentes le ofrecieron un pastel o le tendieron un mate, la infusión típica del Cono Sur.
Luego, los fieles escucharon la catequesis del pontífice sobre la familia bajo un bello sol invernal.
Hacia el mediodía, cuando suena habitualmente la hora de la dispersión tras la partida del papa, sonarán algunos de los temas favoritos del exarzobispo de Buenos Aires.
Cientos de parejas de bailarines abrirán entonces el baile en la célebre Avenida de la Conciliación para regalar simbólicamente al papa esta sensual danza nacida en los arrabales de la capital argentina.
«Bailar para el papa será nuestro regalo», explicó Cristina Carmorani, profesora de baile en Conventello, cerca de Ravenna (noreste), y artífice de la iniciativa «Un tango para Francisco» en la red social Facebook.
La organizadora asegura haber recibido más de 3.200 adhesiones. «Todo el mundo se entusiasmó, nunca hubiera imaginado una movilización así», declaró a la prensa.
Hace algunos años, antes de ser elegido sucesor del trono de Pedro, Jorge Bergoglio confesó en una ocasión su pasión por el tango. «Me gusta muchísimo, es algo que me sale de adentro», dijo en una entrevista publicada luego en el libro «El jesuita».
Según su hermana, en su juventud fue incluso un buen bailarín.
El año pasado, para su primer cumpleaños en Roma, Radio Vaticano ya difundió sus tangos preferidos, entre ellos «Por una cabeza» de Carlos Gardel.
Por su parte, el pontífice parece desear que éste sea un día normal. No tiene nada especial previsto en su programa oficial y la prensa italiana habla solo de que le han hecho un pastel para el almuerzo.
El año pasado, mientras decenas de miles de personas le felicitaban en Twitter, Francisco solo invitó al personal de la Casa Santa Marta, donde reside, a su misa matutina para darle un ambiente familiar.
Luego desayunó con cuatro personas sin hogar.