Feligreses reafirmaron su fe en la Bajada de La Virgen de la Chiquinquirá
Con el fervor mariano que ya cumple 304 años, fue recibida Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, en una emotiva ceremonia de reencuentro con su rebaño religioso al ritmo de serenatas, gaiteras, flores y oraciones.
El arzobispo de San Cristóbal, monseñor, Mario Moronta, durante la homilía que ofició en la plazoleta de San Juan de Dios, instó a todos a que «hagamos la voluntad de Dios como lo hizo la Virgen María, cuando aceptó ser la esclava del Señor, ese es el llamado de la fe».
También oró por el cese de la violencia y la mediocridad y, encomendó a Dios y a la Reina Morena a quienes padecen problemas de salud y no pudieron acudir a este reencuentro.
Dijo que La Bajada de la imagen de la Virgen, en cualquiera de sus advocaciones, es una hermosa costumbre para reconocer la fe en María y en su hijo Jesucristo. «Es un acto que nos permite entender y nos ayuda a reafirmar nuestro compromiso como creyentes y constructores del reino de Dios y reafirmar el compromiso como discípulos de Jesús. El también miembro de la Conferencia Episcopal de Venezuela recordó el compromiso de la Iglesia para hacer una sociedad donde predomine el amor de Dios en justicia, libertad, paz y solidaridad».
Elegante recibimiento
Luego del descenso que duró media hora, sonaron las campanas de la Basílica y la plazoleta se desbordó de alegría y aplausos, porque el retablo que la lavandera María Cárdenas encontró a orillas del Lago de Maracaibo, ya se encontraba en el pórtico del templo para salir al encuentro con sus devotos bajo una lluvia de pétalos de flores, papelillos de colores y fuegos artificiales.
Se estima que unos 26 mil fieles se congregaron para la ceremonia y la procesión que se realizó en aproximadamente 22 cuadras, donde la Dama del Saladillo bendijo a sus fieles y estuvo escoltada por Servidores y funcionarios de diversos cuerpos de seguridad.
Fuente: El Universal