El Papa se compromete a erradicar la esclavitud
El papa Francisco y otros líderes religiosos firmaron en el Vaticano una declaración conjunta en la que se comprometen a erradicar antes del 2020 todas las formas de esclavitud moderna y de trata de seres humanos, «un flagelo atroz» que afecta a todos los países.
«Los aquí firmantes estamos reunidos hoy aquí en pro de una iniciativa histórica, que tiene por objeto inspirar a todos los credos y a las personas de buena voluntad de todo el mundo a llevar adelante acciones tanto espirituales como prácticas con el fin de llegar al año 2020 habiendo erradicado las formas modernas de esclavitud de una vez y para siempre y en todo el Planeta», reza la declaración suscrita por unos quince líderes de importantes confesiones religiosas y divulgada por Global Freedom Network, la red mundial que combate contra ese fenómeno.
La histórica iniciativa, promovida por el papa y el arzobispo de Canterbury, Justin Welbi, coincidió con la Jornada Internacional por la Abolición de la Esclavitud y se llevó a cabo en la Academia Pontificia de las Ciencias, dentro del Vaticano.
Al acto asistieron además del pontífice, los rabinos Abraham Skorka y David Rosen, el ortodoxo Emmanuel de Francia, el gran ayatolá iraquí Mohammad Taqi al-Modarresi, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby así como representantes budistas, ortodoxos y hindúes, entre otros.
Antes de la firma, el papa denunció ese «flagelo atroz, que afecta a todo el mundo, incluso el turismo» y pidió que sea calificado como «un crimen contra la humanidad».
Según los datos divulgados, unas 36 millones de personas viven en condiciones de esclavitud en todo el mundo o han sido víctimas de la trata de personas, la mayoría de ellas tienen entre 18 y 24 años de edad.
Reconocer la esclavitud moderna como crimen de lesa humanidad
En el documento, los representantes de las distintas confesiones invitan a los gobiernos y jefes de Estado a apoyar públicamente la iniciativa e instan a las autoridades a reconocer «la explotación física, económica y sexual de hombres, mujeres y niños» como «un crimen contra la humanidad».
La lucha contra el comercio de vidas humanas, que afecta tanto a los países pobres como a los ricos, así como a niños y adolescentes, es una de las prioridades del pontificado de Francisco, desde que fue elegido jefe de la iglesia católica en marzo del 2013.
Según las investigaciones, se utilizan «esclavos» en la producción de por lo menos 122 productos en 58 países de todo el mundo.
Los líderes religiosos se comprometieron también a lanzar campañas en todos los países para sensibilizar a la población y solicitan a unas 50 multinacionales que suscriban la declaración como primera medida.
Para el representante del budismo, la venerable Bhikkhuni Thich Nu Chan Khong, entre los firmatarios, «son nuestros hermanos y hermanas, nuestros hijos, los que son explotados. En el mundo globalizado lo que le ocurre a uno nos puede pasar a todos», advirtió.
Para ella hay que ser «compasivos» con los traficantes de seres humanos, otras víctimas que pueden ser «transformadas para que se conviertan en aliados» de esa lucha.
En un mensaje enviado por vídeo, el patriarca ortodoxo de Constantinopla, Bartolomeo I, con el que el papa se reunió recientemente en Turquía, recuerda que la lucha contra la esclavitud y la defensa del medio ambiente «son las dos caras de una misma medalla».
Para el líder de los anglicanos, el arzobispo de Canterbury, es necesario promover «leyes eficaces» contra todas las formas de esclavitud moderna y mantener un diálogo con las empresas para acabar con el empleo ilegal de millones de niños en todo el mundo.
Los firmantes se comprometieron a animar al resto de confesiones a realizar programas de lucha contra la esclavitud y la trata de personas, a movilizar a los jóvenes, las familias, escuelas, universidades para que conozcan y denuncien el tema.
Francisco escogió como temática para la Jornada Mundial de la Paz del 2015, que se celebra el 1 de enero, la lucha contra la esclavitud en el mundo contemporáneo.
En varias ocasiones, el papa argentino ha calificado la esclavitud moderna como una plaga del siglo XXI, y ha convocado a expertos en el Vaticano para elaborar propuestas concretas con la colaboración de varios países.
«A menudo se cree que la esclavitud es un hecho del pasado. Pero en realidad, esta lacra social está muy presente», escribió en agosto pasado.