El Papa denuncia los estragos del materialismo ante 45.000 fieles en Corea del Sur
DAEJEON, (AFP) – El Papa Francisco pronunció este viernes ante 45.000 fieles reunidos en un estadio cerca de Seúl un intenso discurso contra los estragos que causa la sociedad de consumo, responsable según él del «cáncer de la desesperanza».
En el segundo día de su visita a Corea del Sur, Francisco celebró la misa de Asunción ante miles de devotos en el «World Cup Stadium» de Daejeon.
Este día santo coincide en Corea con el aniversario de la liberación en 1945 de la península del yugo colonial japonés.
«La esperanza ofrecida por el Evangelio es el antídoto para el espíritu de desesperanza que parece crecer, como un cáncer en la sociedad que exteriormente es próspera pero que frecuentemente vive la experiencia de la tristeza interior y el vacío», dijo el Papa.
«¡A cuántos de nuestros jóvenes esta desesperanza les ha hecho pagar su tributo!», declaró, haciendo alusión a las adicciones y al suicidio.
«Puedan los cristianos de esta nación combatir la atracción del materialismo que asfixia a los auténticos valores espirituales y culturales, así como al espíritu de competencia desenfrenado que genera egoísmo y conflictos. Que rechacen también los modelos económicos inhumanos que crean nuevas formas de pobreza y marginalizan a los trabajadores», declaró el papa argentino.
En una fuerte crítica al modelo de sociedad competitiva que se expande cada vez más en Asia, desde Japón a Singapur, desde Taiwán a Corea, e inclusive a China, el jefe de la Iglesia católica advirtió sobre «la cultura de la muerte que devalúa la imagen de Dios, el Dios de la vida, y viola la dignidad de cada hombre, mujer y niño», haciendo alusión al suicidio, al aborto y a la eutanasia.
El jueves, el Sumo Pontífice invitó a los 35 obispos surcoreanos a reencontrarse con el espíritu misionero, antes que ser buenos gestores.
Un país en duelo por la tragedia del Sewol
Antes de su baño de multitudes en el estadio, Jorge Bergoglio tuvo un encuentro con 38 sobrevivientes y parientes de víctimas del naufragio del ferry Sewol, ocurrido al sur del país el pasado 16 de abril. La catástrofe provocó casi 300 muertos, en su mayoría estudiante en viaje escolar.
«Yo soy protestante pero creo que la visita del papa ayudará a curar las heridas del naufragio del Sewol», declaró a la AFP el padre de una víctima, Kim Hyeong-Ki.
Durante la misa, el papa rezó por las víctimas de la tragedia marítima y recibió en audiencia privada a varias familias que le entregaron cartas pidiéndole que utilice su influencia para obtener una investigación independiente.
El papa aceptó además bautizar al padre de uno de los adolescentes muertos en el naufragio.
«Es altamente simbólico que el papa bautice a un adulto (sur)coreano en un país que registra 100.000 bautizos católicos por año», comento su portavoz, el padre Federico Lombardi.
Miles de fieles sin entrada para el estadio salieron a las calles para saludar al santo padre en el camino, quien se detuvo varias veces para bendecir a niños.
«Es el día más importante de mi vida», dijo entusiasmado Han Hye-Jin, una mujer de 26 años.
«Espero que la visita del papa ayude a nuestro país a superar las pruebas, como la catástrofe del Sewol, y a unirnos», dijo.
Misiles norcoreanos para conmemorar aniversario
Dentro del estadio, la multitud dio la bienvenida al Papa con gritos de «¡Viva el Papa!» y «¡Mansei!» («larga vida» en coreano).
La visita del Papa despierta un gran entusiasmo en Corea del Sur, donde los cristianos – en su mayoría protestantes – son más numerosos que los budistas. Los 5,3 millones de católicos (10,7% de la población) integran una Iglesia dinámica, influyente, y en pleno desarrollo.
La llegada del papa el jueves a Seúl fue marcada por disparos de prueba de misiles norcoreanos, un medio que utiliza regularmente el régimen de Pyongyang para demostrar su descontento y amenazar a Seúl y a sus aliados.
Pero Pyongyang sugirió este viernes que se trataría de una simple coincidencia y que los disparos fueron realizados para conmemorar un nuevo aniversario de la liberación del país del dominio japonés.
El papa Francisco lanzó un llamado el jueves a las dos Coreas a superar las «recriminaciones» y cesar de recurrir al «el despliegue de fuerzas».