El papa aboga en Asís por una iglesia solidaria con los marginados tras el drama de Lampedusa - 800Noticias
800Noticias
Religión

ASÍS, (AFP) – El papa Francisco abogó el viernes, a su llegada a Asís (Umbría, centro de Italia), ciudad del santo cuyo nombre escogió, por una Iglesia solidaria con los discapacitados y las personas marginadas, un día después del naufragio de Lampedusa en el que murieron cientos de emigrantes.

«Hoy es un día de lágrimas», dijo el Papa sobre el naufragio.

Esta visita de un día, de gran valor simbólico, permitirá al papa argentino desarrollar sus ideas sobre su deseo de construir una Iglesia simple.

En su primera visita de la jornada al instituto católico de atención a minusválidos físicos y mentales Seráfico, al pie del monte Subiaco, el papa saludó a unos 80 minusválidos físicos y mentales, uno a uno, hablándoles, acariciándolos y abrazándolos.

En este día de duelo en Italia, después de la tragedia frente a las costas de Lampedusa que dejó al menos 130 muertos y 200 desaparecidos, el sumo pontífice pidió a los cristianos «reconocer las heridas de Jesús» en toda persona que es «la carne de Cristo».

Poco antes de que saliera el sol, grupos de peregrinos y de niños, así como congregaciones de sacerdotes y de monjas se dirigían hacia la colina en lo alto de la ciudad para recibir al papa, que eligió su nombre en recuerdo de San Francisco, quien preconizaba la pobreza y la protección de Dios, en el siglo XIII.

El cielo de Asís estaba nublado, pero el ambiente era fervoroso en las callejuelas para acoger al papa, sumamente popular.

Rodeado de sus ocho consejeros cardenales de los cinco continentes, el papa dejó de lado su discurso e improvisó: «Jesús está presente y escondido» en estos niños. «Los cristianos deben reconocer las heridas de Jesús», insistió.

«Cuando Jesucristo resucitó estaba resplandeciente, pero lo único que quiso conservar fue sus heridas», dijo.

«La sociedad, desgraciadamente, está contaminada por la cultura del rechazo que se opone a la cultura de la acogida. Y las víctimas de la cultura del rechazo son precisamente las personas más débiles», dijo el papa, que destacó la labor del instituto Seráfico «como un signo de la verdadera civilidad, humana y cristiana».

Francisco también criticó la atención superficial que se presta a los dramas humanos. Los dramas de la vida «no deben recibir únicamente la atención de la prensa dos o tres días», añadió sin hacer alusión al naufragio de Lampedusa.

En la ventana del instituto, el papa Francisco lanzó a la multitud: «¡Oren por mí!».

En el discurso, que finalmente no leyó, el papa había incluido una carta de Nico, un niño argentino de 14 años, minusválido de nacimiento.

«Dios se revela a quien tiene un alma simple. En esta carta hay la belleza, el amor, la poesía de Dios», afirmaba en ese discurso.

Del instituto Seráfico el papa se trasladó al santuario de San Damiano, a 43 km de la ciudad, donde san Francisco habría oído la voz de Dios diciéndole «ve a reparar mi iglesia».

La visita de Francisco, quien se puso el nombre del santo de Asís para recordar que se necesita «una Iglesia pobre y para los pobres», será una inmersión en los lugares de la espiritualidad franciscana.

Durante las diez horas que permanecerá en la ciudad del santo que inspiró el nombre de su pontificado, el papa visitará no sólo el santuario del patrono de Italia, sino que orará en la habitación en la que San Francisco se despojó de todos sus bienes así como de las tentaciones mundanas como signo de la pobreza evangélica.

Entre 60.000 y cien mil peregrinos y más de mil periodistas, una cifra récord, llegaron a Asís para seguir al papa, de 76 años, cuya agenda prevé pocas reuniones oficiales y muchas visitas a grupos de enfermos, discapacitados y pobres.

Durante su breve estadía el pontífice latinoamericano visitará un centro de la organización caritativa Cáritas y comerá con las personas necesitadas que acuden a esa entidad.

Suscribir vía Telegram

Deje un comentario