Andrea Pirlo manejerá los hilos en Italia para el Mundial
El mediocampista italiano Andrea Pirlo fue bendecido con uno de los mayores honores que un futbolista puede soñar en la Copa Confederaciones del año pasado, cuando fue recibido con una ovación al ingresar al estadio Maracaná.
Los hinchas brasileños, que son muy difíciles de complacer, creen en su mayoría que ningún extranjero está a la altura de los grandes ídolos que brillaron defendiendo a su selección. Pero Pirlo fue una excepción, reporta Reuters.
Fanáticos corearon su nombre antes y durante el choque de Italia ante México, que coincidió con su partido número 100 defendiendo a su selección. Y Pirlo no decepcionó al marcar un golazo con un tiro libre desde 30 metros.
A los 35 años, Pirlo es uno de los jugadores más influyentes del fútbol italiano y sigue moviendo los hilos de la selección.
El actual técnico de Italia, Cesare Prandelli, escribió en la autobiografía del futbolista que «Pirlo une a la gente porque él es el fútbol».
Pirlo, de cara larga y expresión lánguida, usa una barba como la que del actor Chuck Norris.
Pero el juego de Pirlo no tiene nada de físico. Su estilo elegante, tranquilo y fino puede hacer sonreír a los más puristas y su rol de mediocampista de creación y su ubicación en el campo lo hacen un personaje extraño en el fútbol moderno.
Pirlo mantiene su capacidad para dar pases de gol desde 40 metros que superen a la defensa rival para dejar a sus compañeros solos frente al arco.
El mediocampista fue caracterizado por el ex entrenador de Italia Marcello Lippi como un «líder silencioso». Italia extrañó muchísimo su capacidad en el Mundial 2010, cuando una lesión lo marginó de los dos primeros partidos del equipo.
Pero Pirlo volvió para la Eurocopa 2012 y lideró la campaña de Italia hasta la final. En el camino marcó un golazo de tiro libre ante Croacia y mostró toda su categoría en la definición por penales contra Inglaterra.
Pirlo, quien creció en Brescia, llegó al Inter de Milán siendo un adolescente. Pero como no pudo hacerse un lugar en el primer equipo, pasó a préstamo a Reggina y Brescia.
Inicialmente jugaba como mediocampista ofensivo, pero en su paso por el Brescia -donde Roberto Baggio era la estrella del ataque- se retrasó unos metros en el campo y desarrolló el estilo que se convirtió en su sello.
Tras llegar al AC Milan en 2001 se convirtió en un jugador de clase mundial. Ganó dos ediciones de la Liga de Campeones, dos títulos de la Serie A y fue nominado para el premio del Jugador del Año del 2007, que finalmente quedó en manos de su compañero de equipo Kaká.
Fuente: El Universal