Messi amplía su récord a Europa
El Barça se jugará la primera plaza de su grupo de Champions en un cara a cara que se prevé apasionante en el Camp Nou ante el París Saint-Germain después de superar la trampa del APOEL con hechuras de equipo grande. En una noche en la que era necesario abrir el muro de los chipriotas, Luis Enrique fue valiente. Ordenó presión y el equipo presionó limitando el espacio de juego de los locales a su último tercio de campo. Justo donde el Barça tenía dos puñales ansiosos por entrar en la historia: Luis Suárez, que logró su primer gol como blaugrana y Messi, que se convirtió en el máximo goleador de la máxima competición europea al convertir tres goles.
El planteamiento del técnico fue descarado. Decidió jugar con una defensa de tres ante el más que previsible cerrojazo de los chipriotas y orilló a Messi en la banda para que Suárez encontrara su sitio natural en el eje del ataque. Al situar a Mascherano en el pivote defensivo formando línea con Rakitic y Rafinha, la presión después de la pérdida de balón estaba asegurada.
El balón le duraba a los locales un suspiro gracias a la anticipación de Mascherano y al trabajo solidario de una delantera que ganó mordiente con Pedro en lugar de Neymar. No obstante, el Apoel dejó claro desde el inicio, cuando sus ultras desplegaron unas cincuenta bengalas a la salida de los equipos, que no iba a ser un rival fácil. Salieron a defenderse los de Donis más allá del resultado. Su idea era poner un autobús (iluminado por las bengalas) y seguir así pasara lo que pasara.
Ante este panorama, al Barcelona le costó encontrar el camino del gol. Messi tuvo una primera ocasión muy clara en los compases iniciales del partido, pero Pardo le ganó la partida. A los 16 minutos, el ex portero de las categorías inferiores del Barcelona paro un inocente chut de Suárez tras nueva jugada de Messi, que reeditaba sus tiempos de extremo.
Resistió el Apoel hasta que Luisito abrió la lata del partido. Su primer gol como barcelonista se había demorado, pero finalmente la espera mereció la pena. Su estreno como delantero del equipo catalán resumió todo lo que se espera de un jugador de su categoría: buscó el espacio, recibió de espaldas, sentó a Carlao, su marcador, y definió suavemente sobre la salida desesperada de Pardo.
Con el tanto de Suárez, el partido estaba ya hacía bajada para el Barcelona. Lo difícil estaba hecho. El Apoel no daba indicio alguno de querer cambiar su planteamiento defensivo a pesar de ir perdiendo y el equipo de Luis Enrique cada vez se encontraba más cómodo sobre el campo.
En pleno monólogo barcelonista, un disparo lejano de Rafinha fue sutilmente desviado por Messi para así colocar el segundo tanto en el marcador y superar de esta manera a Raúl como máximo goleador de la Liga de Campeones. Fue un gol que hace honor al anterior récordman. Un gol a lo Raúl. De área, de listo, necesario, que parece fácil, pero que únicamente está al alcance de los más grandes.
En el segundo tiempo, el Barcelona mantuvo su nivel de concentración sin dar opciones a un Apoel que tampoco es que se fuera a lo loco a por la remontada, situación que Messi aprovechó para ampliar su récord con dos tantos más. Tenían muy claro los locales que su suerte en Europa depende de lo que hagan ante el Ajax en la última jornada. Lo mismo que el Barça, que se jugará su suerte en casa ante el PSG sin Alves ni Rafinha.
Fuente: Diario AS