Las chicas Vinotinto se despidieron de Costa Rica
Venezuela vio truncado ayer su sueño campeonil en el Mundial Sub 17 de Fútbol femenino, al sucumbir 4-1 ante Japón en la semifinal celebrada en el estadio Nacional San José de Costa Rica.
Sin embargo, las criollas aún tienen opción de seguir haciendo historia en la cita, ya que el próximo viernes, a las 3:30 pm, batallarán por el tercer lugar ante el perdedor del duelo entre España e Italia, que se realizaría anoche.
El elenco patrio se convirtió en el primero del país en clasificar a una justa universal organizada por la Federación Internacional de Fútbol Asociado (Fifa), además de ser el único suramericano en llegar a esa instancia del Mundial de la categoría, y ayer firmó otro capítulo dorado gracias a Deyna Castellanos.
La número nueve vinotinto marcó el tanto de la honra criolla en el tiempo agregado, para mantenerse al frente del liderato de goleadoras, con seis, y convertirse en la primera jugadora en anotar en todos los partidos en los anales de la contienda. Castellanos cabeceó efectivamente un centro de Gabriela García y acabó con la imbatibilidad de las asiáticas en el torneo.
Japón, segundo en el ránking Fifa de la división, se consolida como favorito al título, pues ya suma 21 goles a favor en sus cinco partidos jugados y solo uno en contra.
Los goles
Venezuela aguantó la presión japonesa en el inicio del partido, pero un potente remate de Nagano desde fuera del área abrió el marcador a los 14 minutos.
El segundo tanto cayó a los 33 minutos cuando la defensa criolla no pudo rechazar el balón, lo que aprovechó Ichise para anotar casi en la línea de meta.
Japón siguió dominando las acciones y amplió el marcador con un gol de Kobayashi al 52 tras recibir sola en el área chica un centro lanzado desde la banda izquierda.
El cuarto lo marcó de penalti la mejor jugadora japonesa, Hina Sugita, quien con el dorsal número 10 es la encargada de distribuir el juego y manejar los hilos de su equipo.
La guardameta Matsumoto se lució al desviar al tiro de esquina un remate lejano de Daniuska Rodríguez que amenazaba con bañarla, en lo que fue una de las mejores ocasiones de las suramericanas.
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