Klose, el señor gol con hambre de título
RÍO DE JANEIRO (AFP) – Miroslav Klose ya cumplió un primer objetivo en Brasil, superar el récord de Ronaldo y convertirse en el máximo goleador de la historia de los mundiales. Ya tiene 16 y podría marcar más este domingo en su cruzada por conquistar su primera Copa del Mundo.
Alemania y Argentina se enfrentan este domingo en el legendario Maracaná de Rio de Janeiro. Klose ya tiene experiencia en detonar a la albiceleste en los mundiales: en cuartos de final de Sudáfrica-2010 marcó dos en el 4-0 de Alemania sobre la Argentina del DT Diego Maradona y en Alemania-2006 anotó el tanto en el empate 1-1 también en cuartos, partido que terminó ganando Alemania por penales (4-2).
A Klose le gusta la sangre albiceleste.
Pero Alemania sigue en deuda. La mejor selección del mundo, colectivamente hablando, no ha podido conquistar una Copa del Mundo desde Italia-1990. Klose forma parte de esta generación que lo tiene todo y no tiene nada.
Herr Klose, de 36 años, debutó en 2001 y formó parte del equipo derrotado 2-0 en la final de 2002 frente a Brasil –de la que ya cobró venganza en este Mundial con una histórica goleada 7-1 en la semifinal–, luego la humillante eliminación en primera ronda en la Eurocopa-2004 y después la dolorosa derrota en semifinales ante Italia en ‘su’ Mundial en 2006. En Sudáfrica-2010, cayó en semis ante la después campeona España por 1-0.
– Sus 16 –
Klose, que disputa su cuarto Mundial y último gran torneo internacional, convirtió su decimosexto tanto personal en la goleada por 7-1 en la primera semifinal del Mundial-2014. Marcó antes frente a Ghana (2-2).
Así superó los 15 tantos anotados por Ronaldo entre Francia-1998 y Alemania-2006 (Ronaldo también estuvo en Estados Unidos-1994 pero no jugó ningún partido).
Klose se convirtió en el primer futbolista de la historia en jugar cuatro semifinales mundialistas (2002, 2006, 2010 y 2014) y fue además con esa victoria que igualó el récord de otro brasileño, Cafú, con 16 victorias en Mundiales, que puede superar este domingo si derrota a Argentina.
Pocos se hubiesen atrevido a decir al inicio de la carrera de ‘Miro’, nacido en Polonia y que vivió hasta los ocho años en Francia, siguiendo a su padre, futbolista del Auxerre, que el delantero larguirucho, discreto y de aspecto torpe se iba a convertir en uno de los mejores goleadores de la historia.
Después de debutar en la Bundesliga en la temporada 1999-2000 con el Kaiserslautern, equipo con el que jugó cinco temporadas y en las que destacó como goleador, Klose fichó por el Werder Bremen, donde siguió destacando como un depredador del área durante tres años, hasta que en 2004 fichó por el Bayern de Múnich.
Con el gigante alemán llegaron los títulos a nivel de clubes, como dos Bundesligas (2008 y 2010), pero no logró ser campeón de Europa en la final perdida por el Bayern contra el Inter en 2010.
En la temporada siguiente, perdió la titularidad y acabó marchándose al Lazio italiano, donde muchos le daban ya por jubilado, sobre todo tras esa última temporada en la que jugó muy poco por las lesiones y en la que marcó un solo gol.
– Confianza ciega –
El seleccionador alemán Joachim Löw mantuvo su fe en el delantero, que se transforma cada vez que se enfunda la camiseta de la Nationalmannschaft.
Tras esa Copa del Mundo, Löw tomó la dirección de la selección y Klose pasó a formar parte de un grupo en el que el técnico confía ciegamente y siguió participando en todas los grandes torneos, aunque sin lograr ningún título con su selección.
Esa falta de premios a nivel de equipo no le ha impedido forjarse un gran palmarés a nivel individual y en un amistoso de preparación para Brasil-2014, contra Armenia, Klose superó el récord de 68 goles de Gerd Müller y se convirtió en el máximo goleador de la historia de Alemania (con el que anotó frente a Brasil suma ya 71 goles).
El jugador encarna todas las características que el entrenador exige a sus hombres: compromiso, movilidad, eficacia y, sobre todo, humildad.
Delantero centro de 1,82 metros, no destaca por su técnica depurada, pero si por una eficaz lectura del juego que le hace estar siempre en el lugar oportuno para marcar.
Una victoria el domingo frente a Argentina le permitirá cerrar con broche de oro su paso brillante con la selección alemana.