Rusia bajo presión por poca asistencia en el Mundial de atletismo - 800Noticias
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MOSCÚ, (AFP) – Las autoridades rusas vieron como se incrementaba la presión este lunes debido a la pobre asistencia de público al Mundial de atletismo de Moscú-2013, con gradas semivacías y con poco ambiente entre los espectadores.

Atletas destacados como el campeón británico de 10.000 metros, Mo Farah, y el vallista estadounidense Aries Merritt han mostrado su decepción por la poca presencia de público en el estadio Luzhniki, con capacidad para 84.745 espectadores, que albergó los Juegos Olímpicos de 1980.

Las sesiones de la mañana se desarrollan con las tribunas casi vacías, mientras que también se vieron filas sin gente en la final de 100 metros en la que se impuso el jamaicano Usain Bolt.

La organización de este Mundial de atletismo es un test para Rusia, que albergará los Juegos Olímpicos de invierno en Sochi en 2014 y el Mundial de fútbol en 2018.

Tatyana Lebedeva, una excampeona de salto de longitud y en la actualidad vicepresidenta de la federación de atletismo de su país, admitió que hay un problema, pero pidió paciencia para que Rusia aprenda.

«Sí, las tribunas no están llenas. Sí, se están dando entradas gratis. Pero sean indulgentes. No tenemos experiencia en organizar eventos de atletismo. Hay muchas cosas que no sabemos», dijo.

«Por ejemplo, los decatletas tienen una tradición de dar una vuelta de honor (tras su participación el domingo) pero les pedimos que dejaran la pista. La tradición fue rota. Pero créanme que el error no pasará de nuevo. Estamos aprendiendo y aprendiendo con gusto», señaló.

El atletismo no es un deporte tan popular en Rusia como lo es el hockey sobre hielo o el fútbol.

La derrota de sus saltadoras de longitud, incluida la estrella Darya Klishina, el domingo fue un duro golpe para Rusia y habrá mucha presión para Elena Isinbayeva el martes en la final de garrocha.

El canal de televisión Rossiya One no abrió este lunes su boletín de deportes con el atletismo sino con el triunfo del equipo ruso femenino de espada en el Mundial de esgrima de Budapest.

«¿Cómo puede ser que un Mundial de atletismo vaya a un país que no sigue el atletismo?», preguntó el decatleta alemán Pascal Behrenbruch.

Según algunas fuentes, la actual capacidad del estadio Luzhniki fue reducida a 50.000 asientos al cubrirse una parte de las tribunas, dejando solo 33.000 entradas al público, si no se cuenta a la prensa y a los invitados.

Una de las causas puede ser el precio alto de las entradas en una ciudad cara en la que un café puede costar diez dólares. Los precios van de 100 rublos (tres dólares) a 1.000 y 2.000 rublos.

Moscú no parece haberse enterado del Mundial de atletismo, uno de los eventos deportivos más importantes tras los Juegos Olímpicos y el Mundial de fútbol.

Los carteles son la única evidencia y la época no ayuda ya que los moscovitas dejan casi desierta la ciudad en agosto por vacaciones.

Críticos del estadio Luzhniki, un icono local contruido parcialmente por voluntarios, que se inauguró en 1956 durante la guerra fría, celebrarán que después del Mundial de atletismo será demolido para una completa renovación de cara al Mundial de fútbol.

Luzhniki estará cerrado durante unos años y será abierto a tiempo para albergar la Copa de las Confederaciones de fútbol en 2017 y el Mundial de 2018, donde será sede de la final.

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