Romario y Bebeto, una historia de amor y desamor en torno a la Copa
RÍO DE JANEIRO, (AFP) – Ambos se coronaron campeones del mundo en 1994 y son diputados por Rio de Janeiro, pero sin embargo, todo separa a Romario y Bebeto, ex socios que se han convertido respectivamente en el opositor más ácido y el defensor más convencido de la organización del Mundial de fútbol en Brasil.
Romario de Souza Faria, de 48 años, es el ‘bon vivant’ de temperamento volcánico, capaz de lanzar insultos en directo en la televisión contra el presidente de la FIFA, Sepp Blatter, y su número dos, Jerome Valcke, pero también de sensibilizar al Parlamento sobre enfermedades infantiles y arrancar a la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) la promesa de entradas gratuitas para niños discapacitados, finalmente enterrada.
De sonrisa angelical, José Roberto Gama de Oliveira, alias «Bebeto», de 50 años, es evangelista y predica una vida libre de vicios, multiplicando las visitas a escuelas y centros sociales o culturales, aunque también es un gran amante de los automóviles de lujo y de la ropa de marca.
Romario y Bebeto representan la historia de una pareja unida en la cancha por su complementación, pero que se deshace al llegar la jubilación y a raíz de personalidades antagónicas acentuadas por la Copa del Mundo de 2014.
– «Te amo» –
El romance comienza a fines de los años 1980 en el idilio, entre dos atacantes que nunca conocieron la derrota en los 27 partidos que disputaron juntos en la selección.
Juntos, conocieron primero la frustración en el Mundial de 1990: lesión, banco de suplentes y eliminación en los octavos de final. En 1994, edad de oro de ambos, son coronados campeones del mundo.
Romario marca cinco goles, incluido el de la victoria en semifinal (1-0 contra Suecia) y el penalti en la lotería final contra Italia. Es elegido Balón de Oro del Mundial y luego jugador FIFA del año (el Balón de Oro 1994 se le escapa porque los no europeos aún no podían ser elegidos).
Bebeto (3 goles) marca el único gol en octavos (1-0 frente a Estados Unidos) y grita un sonoro «¡Te amo!» a su compadre, que le lanza el pase decisivo. Y en cuartos de final, al marcar un gol contra Holanda, inventa su famosa y emotiva celebración del acunado de un bebé para festejar el nacimiento de su hijo Mattheus, hoy jugador profesional del Flamengo, una imagen grabada en la historia de las Copas del Mundo.
Ronaldo, presente a los 17 años en el grupo, es un poco su niño mimado. «Estaba como en la universidad con Bebeto y Romario: ¡qué profesores!», escribió el Fenómeno en la edición de junio de la revista británica Four Four Two.
Los dos «profesores» se clasifican finalmente muy alto en la jerarquía de goleadores de la Seleçao, liderada por el «Rey» Pelé (77 goles) y justamente Ronaldo (62). En el podio, Romario con 55 goles, delante de Zico (48) y Bebeto (39).
– Yo tampoco –
Los dos estiran sus carreras hasta aproximadamente los 40 años, y luego se convierten en legisladores en febrero de 2011: Romario diputado federal por Rio en el Congreso en Brasilia (PSB, izquierda), Bebeto diputado estatal de Rio de Janeiro (PDT, centro izquierda). Comienza la vida en cuartos separados…
Mientras Bebeto es más bien discreto, Romario hace olas con sus críticas tanto sobre el fútbol como sobre política, y es donde confluyen estas dos actividades, en torno al Mundial de 2014 en Brasil, que la pareja termina deshaciéndose.
Romario es quien da inicio al trámite de divorcio a fines de abril de 2013. Para festejar la inauguración del Maracaná renovado, se organiza un partido de gala entre los amigos de Bebeto y los de Ronaldo. La presencia de Romario, ignorado por la CBF, es confirmada por Bebeto y por el propio interesado… que no asiste. Poco después, el «Baixinho» (Bajito) lanza pestes contra un nuevo Maracaná «totalmente desfigurado».
Solidario de las masivas manifestaciones callejeras de junio de 2013 en plena Copa de Confederaciones, sobre todo en su versión anti-Fifa, Romario se erige en gran opositor de la organización del Mundial en Brasil. «Es tan oportunista en política como lo era en la cancha», resume el célebre analista deportivo brasileño Juca Kfouri.
Bebeto integra por su lado el Comité de Organización Local (COL) de la Copa en Brasil, junto a Ronaldo, y se limita a declaraciones de satisfacción sobre el evento. «O Ronaldo y Bebeto no saben lo que pasa, o lo saben y hacen como que lo ignoran. De una manera u otra, son ignorantes», dice Romario al diario The New York Times en octubre de 2013.
Pese a todo Bebeto le responde siempre a su manera, amable, como el pasado 1º de mayo en Salvador, su ciudad natal, al margen de la gira del trofeo de la Copa del Mundo: «Mi relación con Romario es que seguirá siendo mi amigo de por vida, para siempre. Solo que él tiene sus ideas, y yo las mías».
Fin de la historia.