Lisson muestra supremacía «turca» y saca al Caracas de la clasificación - 800Noticias
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Sergio Pérez descompuso a la revigorizada toletería de Leones, hasta hacerla deslucir una y otra vez.

El derecho del Magallanes utilizó sus serpentinas para bailar al Caracas en el Universitario, en la victoria 4-1 de este martes.

Ni Jesús Guzmán ni Gregorio Petit, que asomaban como las novedades del lineup capitalino, pudieron evitar una derrota que contó con su propia complicidad.
Pérez y Víctor Gárate, el abridor del Caracas, llevaron una guillotina al parque de la UCV. Entre ambos abanicaron a 18 rivales en 11.2 innings. Pero la hojilla del estadounidense estaba más afilada.

“Fue importante ser paciente”, dijo Pérez, que pasó tres semanas en el bullpen antes de estrenarse como abridor. “Antes no sentía que mi recta estaba a tono, y ese fue el pitcheo clave para ponchar”.

¿Qué hubiese sido de Pérez sin ese argumento? La historia hubiese sido otra, de no ser porque ese pitcheo parecía intocable. Con Hernán Pérez en tercera y sin outs, el derecho fusiló a Eric Thames y Jesús Aguilar, para luego completar el cero con un elevado de JD_Martínez.

Gárate también hacía lo suyo. El zurdo, que había tirado cinco entradas en sus dos anteriores salidas, completó el quinto inning con 8 abanicados. Sin embargo, salió sin combustible para el sexto capítulo. Montó a Argenis Díaz en 0-2, pero no tuvo el artificio para anestesiar al noveno bate, que le disparó un sencillo.

Ahí se desplomó. Porque cuando fue a enfrentar a Mario Lisson, luego de recibir la visita del coach de pitcheo Jesús Hernández, le lanzó tres bolas. Se puso a merced del antesalista, que se convirtió en el primer pelotero en la historia del Magallanes que cosecha dos temporadas de 10 jonrones.

“¿Por qué iba a cambiarlo?”, razonó el manager del Caracas, Dave Hudgens. “Gárate lo había ponchado en los dos turnos anteriores y ¿saben cuánto batea Lisson contra los zurdos?: .091”.

Ese average, que en realidad era de .118, se “elevó” a .135 después del soberbio batazo que castigó la bola y la depositó en lo más alto de las gradas del jardín izquierdo.
Caracas intentó volver. Y por momentos parecía que lo lograría. Pero apareció un fantasma conocido: su ineficacia con corredores en posición anotadora.

En el séptimo Hudgens le ordenó a Alex González que tocara con hombres en primera y segunda sin outs, para dejarle el plato servido a Jesús Guzmán.
“No fue desesperación, pero teníamos que anotar”, expicó el estratega. “Si Alex hubiese bateado antes, lo hubiese dejado”. La amenaza terminó con ponche y rolling a segunda.

En el noveno fue incluso peor: llenaron las bases sin outs, pero la única carrera que anotaron fue gracias a un boleto de Daniel Mayora. Parecía que era mejor no batear que hacer swing.
En total, el Caracas dejó a 10 corredores en las almohadillas y bateó de 12-1 con gente en posición anotadora. Demasiada condescendencia con un equipo que marcha de segundo en la tabla de posiciones y que tiene el mejor bullpen de la liga.

Jean Machí entró para completar la obra de Pérez. El grandeliga se encontró con las bases llenas y sin outs en su debut como cerrador del Magallanes, y el morbo de su fallido intento de rescate el año pasado, contra Josh Kroeger, se apoderó del Universitario.
Pero esta vez el bombero apagó el candelero. Solo regaló un pasaporte, antes de sellar la victoria que dejó al Magallanes 4-1 en la serie particular contra su eterno rival.

Fuente: Meridiano.com.ve

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