Derrota con sabor dulce para la Vinotinto

Venezuela cayó vencida en casa de Honduras (2-1) pero dejó buenas sensaciones de lo que puede ser el equipo que afronte la próxima eliminatoria.

Con un equipo que, exceptuando al veterano arquero Leo Morales, promediaba menos de 25 años de edad, la Venezuela de Manuel Plasencia fue capaz de arrebatarle la pelota a la mundialista Honduras y hacerla bailar al son que dictaron los pases de Jiménez y Seijas, los dos hombres de experiencia en la carpintería criolla.

Honduras amenazó con ser más de lo que finalmente fue. Especialmente cuando aprovechó su presión alta y sus dientes afilados para capitalizar un error del dubitativo Rosales, que le permitió a Jerry Bengston abrir el marcador.

Con apenas un entrenamiento juntos, el fútbol venezolano nació más del instinto que de una pizarra táctica. Jiménez daba salida limpia, lo que alimentaba la creatividad de Seijas, Otero y Orozco. Sin embargo, a la conexión le faltaba una pieza que, Aristeguieta, ocupado jugando de espaldas al arco, no fue capaz de dar.

Al cuadro venezolano le faltaba engranaje pero le sobraba talento. Un atisbo de lo que puede ser el futuro a mediano plazo. Fue sobre esa materia prima que Rómulo Otero consiguió el empate, con un soberbio tiro libre, que, como sacado de un tutorial, superó la barrera y se metió cercano al palo a donde la volada del arquero no llegó.

Venezuela ya era para ese momento más que Honduras, a la que llegó a encerrar en su propio campo, especialmente después de las cuatro sustituciones del mediotiempo. Del equipo de presión alta del inicio del juego, pasó a ser un contragolpeador. Y en una de esas pelotas largas, Vizcarrondo tuvo un error de cálculo que le permitió a Jerry Palacios marcar el 2-1.

El final del juego no cambió el guión. Debutaron Pedro Ramírez y Dany Cure. También entró Rivas, quien tuvo las dos mejores oportunidades del segundo tiempo. A pesar de ser una derrota, el sabor que deja no es precisamente de amargura.

Información El Nacional