SANTORAL| Santa Isabel, reina de Portugal
Redacción 800 Noticias
(Santa Isabel de Portugal o de Aragón; Zaragoza, hacia 1274 – Estremoz, Portugal, 1336)
Reina de Portugal, merced a su matrimonio con el monarca luso Dionís, fue reina de Portugal entre 1288, período durante el cual contribuyó de forma decisiva a la consolidación de la monarquía en el país ibérico.
Hija de Pedro III de Aragón y de Constanza de Nápoles, nieta de Jaime I el Conquistador y del emperador Federico de Suabia. La Reina Isabel recibió una esmerada educación palaciega, conforme a los postulados de su época, desde muy joven se destacó por tener una personalidad piadosa y caritativa.
Después del matrimonio, la vida de la reina Isabel comenzó a mostrar la dualidad de caracteres que marcarían su devenir biográfico: por una parte, su carácter caritativo y piadoso; por otro, la fortaleza política de una mujer que, enfrentada a grandes vaivenes gubernativos, hizo lo posible por sobreponerse a los acontecimientos.
En los primeros tiempos de su estancia en Portugal, la reina Isabel comenzó a ganarse la simpatía del pueblo luso por su carácter piadoso y devoto. Las continuas fundaciones religiosas de Isabel, la contribución al sostenimiento de otras y los hospitales de asistencia fundados por ella ayudaron a que su popularidad entre el pueblo fuese una de las de mayor nivel entre los gobernantes medievales.
Precisamente tuvo que poner paz entre su esposo y los propios hijos para evitar las posibles guerras que podían estallar entre ellos. Su constancia en la oración logró la conversión de su esposo poco antes de morir. Después de enviudar se consagró más plenamente a los necesitados. Al enterarse de la contienda entre su hijo Alfonso y su nieto, el monarca de Castilla emprendió un viaje, pero su vejez y achaques le hicieron retirarse a un Convento de Clarisas, hasta su muerte ocurrida en 1336.
Fue sepultada en el convento de clarisas de Coimbra que ella misma había fundado, aunque fue transportado posteriormente hacia Santa Clara-a-Nova, donde reposa en la actualidad. Su actividad piadosa, así como el grato recuerdo que dejó tanto en Portugal como España, fueron motivo para que su leyenda se engrandeciese notablemente. De esta forma, en tiempos del monarca luso Manuel el Afortunado se iniciaron los trámites para su canonización. Fue beatificada el 15 de abril de 1516, mediante bula del papa León X, si bien únicamente para el obispado de Coimbra. Su definitiva canonización tuvo lugar el 25 de mayo de 1625, a cargo del papa Urbano VIII.