A pesar de que su padre lo enviaría a estudiar en las mejores escuelas para comerciantes, San Salomón sentiría una gran fascinación por la vida religiosa, tal como la de sus maestros. Cuando le expone la idea a su padre, no se veía muy convencido, pero Salomón entra entonces en el noviciado de Saint-Yon en Rouen, y en el año 1770, sería enviado como educador a Maréville, terminando por perpetuar su formación en el año 1772.
Luego de que la monarquía es derrocada a comienzos de la Revolución Francesa, el siguiente objetivo en mente sería en contra de la Iglesia. En el año 1790, los sacerdotes y todos los religiosos fueron obligados a rendir juramento y fidelidad a la Constitución,amenazados bajo pena de exilio, encarcelamiento y lo peor, muerte. Esto provocaría que muchos religiosos cristianos abandonaran sus escuelas y comunidades.
San Salomón fue uno de los cristianos que se negaría a este juramento, y se dedicaría a vivir clandestinamente en París. De San Salomón durante aquella época de crisis cristiana, sólo se tienen algunas cartas que fueron enviadas a sus familiares de su propia mano, la última data del año 1792, un 15 de agosto, día en el que se presume fue capturado y arrestado en el Convento de los Carmelitas, el cual fue transformado de una prisión para religiosos cristianos, donde tuvo que compartir celda con muchos obispos, sacerdotes y otros religiosos.
Es entonces que un 2 de septiembre de ese mismo año, se sabe que la gran mayoría de los detenidos en aquella prisión, fueron exterminados, sin ningún juicio, y los cuerpos de los otros 94 compañeros, arrojados a un pozo.