Santo Tomás de Aquino, patrono de las escuelas católicas y de la educación
Por María García de Fleury
Del 2023 al 2025 se están celebrando tres años consecutivos del jubileo de Santo Tomás de Aquino, cuya fiesta se celebra el 28 de enero.
Santo Tomás de Aquino vivió del 1224 al 1274, periodo en el que Europa estaba saliendo de la llamada Edad Oscura. Tomás nació en el castillo de Roccasecca en Italia, estudió a Aristóteles, Averroes, Maimónides y en la universidad conoció a Juan de San Julián, un predicador dominico que lo influyó para formar parte de la recién fundada Orden de Santo Domingo de Guzmán. También fue discípulo de San Alberto Magno.
Lejos de ser un monje de clausura, Tomás estaba muy consciente de la situación política y social de su tiempo y de todos los cambios que tenían lugar a su alrededor, en el convento se le permitió tener la oportunidad de desarrollar sus ideas filosóficas las cuales sorprenden por su brillantes, la amplitud de su pensamiento y su enorme producción.
Santo Tomás era un teólogo, todos sus escritos fueron dirigidos hacia ese fin y sus palabras sobre otros asuntos fueron supeditadas a ello, su teoría de la ley natural que forma una parte relativamente pequeña de su monumental tratado de la suma teológica tuvo un inmenso impacto en la filosofía jurídica. Santo Tomás define la ley como una ordenanza de la razón para el bien común, hecho por aquel que cuide de la comunidad y promulgada.
Para Santo Tomás de Aquino no existe vínculo directo entre la ley y la teología, su concepción del derecho natural es muy relevante a la luz de las realidades contemporáneas, porque decía que la ley natural es la ley que domina a cada ser humano, una ley que es inmutable, eterna y que todos los seres humanos expresan y experimentan de diversas maneras.
Para Santo Tomás de Aquino el hombre es capaz de profundizar con su inteligencia en los principios que le permiten alcanzar su fin, porque el hombre cuenta con un cierto orden que consiste en inclinaciones necesarias del obrar humano en todos sus aspectos en consecuencia como ejercicio de su libertad humana.
La persona esta llamada, dice Santo Tomás, a ordenar todos y cada uno de sus actos al fin que constituye su perfección y que está establecida en su naturaleza. Santo Tomás dice que los seres Irracionales tienden necesariamente a su fin sin que exista un orden moral en ello.
Para ordenar los actos humanos y alcanzar su fin Dios ha establecido la ley natural o el orden que es necesario seguir, sin embargo, el relativismo que impera actualidad anima a descartar la base metafísica que sustente ese orden o ley y que se encuentra magistralmente elaborada por Santo Tomás de Aquino.
Su fama como sabio se extendió por toda Europa, desde la universidad de la Sorbona en París donde estudió y luego dio clases, pasando por las clases que daba en Colonia en Alemania, en Roma y en Nápoles.
Alternaba la enseñanza con la predicación, pasaba horas rezando frente al santísimo, compuso las fiestas litúrgicas del Corpus Christi por su gran devoción a la eucaristía, tenía un inmenso amor filial a la virgen María. Este doctor de la iglesia sigue influyendo en el siglo XXI a pesar de haber vivido menos de 50 años por que siempre busco la verdad en Dios y con Dios ¡siempre ganamos!
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