Santo Domingo Savio, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
Domingo Savio fue un jovencito que falleció un día 9 de marzo faltándole pocos días para cumplir 15 años, ha sido la persona más joven no mártir en ser declarado santo dentro de la iglesia.
Pio XII, como luego San Pablo II, vieron que el ejemplo que Domingo enseña que no importa la edad que tengamos, siempre podemos servir al señor con pequeñas cosas todos los días.
El Papa Pio XII describió a Santo Domingo Savio como alguien de tamaño pequeño, pero con un gigante espíritu, él es el santo patrono de los niños de los coros, de los monaguillos, de los delincuentes juveniles y de las mujeres embarazadas. Era hijo de un matrimonio campesino, y desde niño manifestó deseos de ser sacerdote.
Cuando San Juan Bosco empezó a preparar a algunos jóvenes para el sacerdocio con objeto de que lo ayudaran en su trabajo en favor de los niños abandonados en Turín, Italia, el párroco de Domingo Savio le recomendó al muchacho. San Juan Bosco, en el primer encuentro que tuvieron los dos, se sintió muy impresionado por la santidad, la humildad y la inteligencia de Domingo, por eso ingresó en octubre de 1854 en el oratorio de San Francisco de Sales en Turín, cuando tenía 12 años.
Domingo era un joven alto de estatura para su edad, delgado, casi débil. Lo que le faltaba en fuerza física, lo recuperaba en altura moral, en fortaleza de corazón, en alegría, en compañerismo y en aceptación de la voluntad de Dios, cualquiera que esta fuera.
Uno de los recuerdos imborrables que dejó domingo en el oratorio fue el grupo que organizó, se llamaba la compañía de María Inmaculada, sin contar los ejercicios de piedad el grupo ayudo a Don Bosco en trabajos tan necesarios como la limpieza de los pisos, el cuidado de los niños difíciles.
En 1859, cuando Don Bosco decidió fundar la congregación de los salesianos, organizó una reunión y entre los 22 presentes se hallaban todos los iniciadores de la compañía de la Inmaculada Concepción excepto Domingo Savio quien había volado al cielo dos años antes.
Domingo fue un gran pacificador entre los muchachos evitando peleas entre ellos y hay 5 rases de Domingo Savio por las cuales él vivía y que los describen perfectamente:
La primera es “prefiero morir antes que pecar”, la segunda “las personas de carácter saben callar”, la tercera “nosotros demostramos la santidad estando siempre alegres”, cuarta “quien agradece un beneficio merece que se le concedan muchos más”, y quinta “me confesaré a menudo y comulgaré tan frecuentemente como mi confesor lo permita”.
Una enfermedad pulmonar resquebrajó su salud y falleció el 9 de marzo de 1857 después de recibir el sacramento de la unción de los enfermos, rezar con su mamá y su papá las oraciones por los agonizantes, de repente, a eso de las 10 de la noche su rostro se transfiguró con una sonrisa de gozo, y exclamó: “Estoy viendo cosas maravillosas”, esas fueron sus últimas palabras.
Después de su muerte todos los milagros que realizó fueron en el mes de marzo y a niños, la corta edad de Domingo Savio la dedicó a Dios con la certeza absoluta de que a Dios vamos y con Dios ¡siempre ganamos!