Santo Domingo de Guzmán, por María García de Fleury - 800Noticias
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Religión

por: María García de Fleury

En tiempos de guerra entre los moros y los cristianos en España, en 1170 nació Santo Domingo de Guzmán, estudió en Palencia donde hubo una gran hambruna, domingo se compadeció profundamente de los pobres y empezó a entregar todas sus pertenencias, le resonaban las palabras de Cristo «ámense los unos a los otros como yo los he amado».
Un día, Domingo ya no tenía nada que vender y se vendió a sí mismo para rescatar a un esclavo; este acto conmovió a todos y algunos jóvenes quisieron imitarlo y produjo un movimiento de caridad en Palencia muy grande, con el dinero recolectado no tuvo que entregarse como esclavo.
A los 25 años Domingo fue ordenado sacerdote, se entregó de lleno a la vida apostólica viviendo de limosnas, renunciando a toda comodidad, era  un tiempo de grandes herejías, dónde se negaban muchos dogmas de la fe católica, incluso hasta negaban los sacramentos.
Comprendiendo la necesidad de instruir a los que caían en las herejías, Domingo fundó la Orden de Predicadores y formó teológicamente a sus seguidores,  además deberían estar dispuestos a recorrer pueblos y ciudades para llevar a todas partes la luz del Evangelio. Fundó centros de apostolado en todo el sur de Francia.
Más tarde, uno de sus discípulos fue el gran Santo Tomás de Aquino, Santo Domingo fue un buen amigo de San Francisco de Asís y le decía a sus hermanos: «Primero hay que contemplara a Dios y después enseñar, predicar siempre y en todas partes».  A diario Domingo oraba pidiendo la gracia de crecer en el amor hacia Dios en la caridad hacia los demás y a tener un gran deseo de salvar almas; a diario leía el evangelio sobre todo San Mateo y las cartas de San Pablo, y casi se lo sabía de memoria.  A sus discípulos les recomendaba que no pasara en ningún día sin leer alguna página de la biblia, poco después fundó la rama femenina de su orden.
La misión de los dominicos de predicar para llevar almas a Cristo, encontró grandes dificultades pero la Virgen vino en su auxilio; una noche una oración, Domingo tuvo una revelación donde la Virgen le reveló el rosario como arma poderosa para ganar almas. De ahí en adelante, la mayor parte de su predicación fue acerca del Rosario. En una ocasión estaba Domingo predicando Rosario y le llevaron un hereje poseído por el demonio, lo exorcizó en frente de todos y arrojó su rosario al cuello del poseso, los demonios daban gritos diciendo que con el rosario que predicaba llevaba el terror y el espanto a todo el infierno y que él era el hombre que más odiaban en el mundo porque con esa devoción del rosario les quitaba almas.
Domingo oró a la virgen y ella se hizo presente, los demonios gritaron: «¡A la madre de Cristo le tenemos mas miedo que a todos los bienaventurados juntos, y nada podemos hacer contra sus fieles devotos!» Santo Domingo comprendió esto e hizo rezar el Rosario a todo el pueblo muy lenta y devotamente cada Avemaría.
Todo el que persevere en el rezo del Rosario se salvará, porque son las palabras del ángel enviado por Dios a la Virgen, se reza la única oración que Jesús enseñó que es el Padre nuestro y meditamos en el rosario la vida de Jesús, ese es Jesús que es Dios, porque con Dios ¡siempre ganamos!