Santiago Alberione, patrono de Internet y las comunicaciones, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
Santiago Alberione nació en Italia en 1884, fue el sexto hijo de una familia de campesinos católicos. El 31 de diciembre de 1899 Santiago pasó cuatro horas orando frente al Santísimo y dijo que allí vio una luz particular, sintió que su propósito en la vida era hacer algo por Dios y el pueblo en ese nuevo siglo que comenzaba utilizando la tecnología de la época.
A los 16 años ingresó en el Seminario de Alba, fue ordenado sacerdote a los 23, fue vice párroco, profesor y director espiritual en el Seminario, pero el señor lo guiaba hacia una nueva visión. Vivir y darle al mundo a Jesucristo, camino verdad y vida; predicar el Evangelio a todos los pueblos con el espíritu del apóstol san Pablo utilizando los medios más rápidos y eficaces que el progreso ofrece para la comunicación humana.
A través de la lectura y la meditación del Evangelio y la eucaristía cultivó una intensa vida espiritual centrada en Jesús, Maestro y Pastor, Camino Verdad y Vida, imitando al apóstol san Pablo, a la luz de María madre, maestra y reina de los apóstoles. Pasaba horas en contacto con Dios a través de la oración y fue de allí, dónde conseguían la luz y la fuerza para las iniciativas que debía emprender, siempre confirmadas por su director espiritual y los superiores eclesiásticos
Al padre Alberione le preocupaba constatar que en el mundo viven muchas personas que no conocen a Cristo o que no lo conocen suficientemente, ardientemente deseaba que las personas descubrieran a Cristo. Su estilo ejecutivo, asertivo, lo llevó a ofrecerle al mundo y a la iglesia fundaciones impensables, obras físicas colosales, industrias exitosas que son y han sido admiración de empresarios, políticos y Pontífices.
El mismo papá Pablo Sexto desde que era arzobispo de Milán visitaba las empresas de los paulinos, bendecía las máquinas y buscaba conocer los megaproyectos. el padre Alberione insistía, en hacer la caridad de la verdad, consciente de que la verdad no basta con decirla, hay que protegerla con argumentos, con pruebas, hacerle llegar intacta y comprensibles al público porque este es su derecho. Hacer llegar la verdad significa también hacerla entender. Su primer libro se lo regaló a la virgen porque hablaba de ella y fue el manto de la virgen desde dónde nació este gran apostolado centrado en los medios impresos.
Para llevar a cabo su labor, desde 1914 fundó 5 congregaciones, una masculina y 4 femeninas, además de 4 Institutos de vida secular consagrada y la Asociación de Cooperadores paulinos, todo incluido en lo que se conoce como la familia Paulina. Por invitación del papa Juan XXIII participó del Concilio Vaticano II con el fin de escuchar y rezar.
Cuando se hizo público el primer documento conciliar, el decreto Inter Mirifica dedicado a las comunicaciones sociales, el padre Alberione aseguró a sus discípulos que con este documento veía la confirmación de Dios sobre todo lo que estaba realizando.
Falleció el 26 de noviembre de 1971 habiendo tenido como su meta, su primer empeño para él y para sus hijos espirituales, la plena configuración con Cristo, a coger todo el Cristo Camino, Verdad y Vida con toda la persona, mente voluntad, corazón y fuerza física para poderlo transmitir porque él sabía que con Dios siempre ganamos.
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