Santa Natalia y San Aurelio, por María García de Fleury - 800Noticias
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Religión

Por: María García de Fleury

Natalia es la palabra latina que se transformará luego en natividad, navidad, que significa nacer.

El nacimiento de alguien es considerado muy importante en todas las culturas desde el principio de los tiempos y se celebra con gran alegría, no sólo el hecho de haber nacido sino además cada año se celebra el día del cumpleaños celebrando así la vida.

Celebrar la navidad, celebrar el nacimiento, celebrar el cumpleaños es darle una gran inyección de vitalidad, de ilusión, de generosidad y de esperanza a todo lo que es la vida.

Santa Natalia forma parte de un grupo de cinco mártires, dos matrimonios, Aurelio y Natalia, Félix y Liliosa junto con un monje que murieron durante el reinado de Abderramán II el 27 de julio del año 852.

Natalia era hija de musulmanes, huérfana de padre su mamá se casó con un cristiano y las dos se convirtieron al cristianismo. A pesar de que los cristianos, judíos y musulmanes convivían sin problemas en lo que es hoy España, había algunos califas árabes que montaban en cólera contra los cristianos por el hecho de profesar una religión distinta al islamismo.

Aurelio era un joven de profundas convicciones cristianas, huérfano de padre, educado por una tía muy cristiana, vivían como verdaderos creyentes, aunque sin darse a conocer públicamente.

Estos dos españoles, Natalia y Aurelio, se casaron y un día, habiendo presenciado el tormento público a manos del califa Abderramán II de un cristiano llamado Juan, decidieron cambiar de vida y dedicarse a socorrer a los cristianos encarcelados y profesar públicamente su cristianismo de una forma de denuncia. Su fe y su anhelo se vieron fortalecidos por las visitas que le hacían a la cárcel a Eulogio, a Flora y a María; así empezaron a pensar en la idea de hablar públicamente de su fe.

Preocupados porque sus dos hijas una de cinco años y otra de ocho, llegaran a ser musulmanes según lo establecían las leyes árabes, vendieron todos sus bienes, las llevaron al monasterio tabanense bajo el cuidado de Isabela, una viuda cristiana a quien le dieron dinero para su manutención.

En sus oraciones tuvieron varios hechos y visiones milagrosas, en compañía del matrimonio Félix y Liliosa y del monje llamado Jorge, en un acto de valentía los cinco fueron a la mezquita con cara destapada para que se dieran cuenta de que eran cristianos, fueron arrestados y llevados a prisión, allí tuvieron apariciones de ángeles y ocurrieron varios hechos milagrosos.

Ante su firmeza defendiendo su fe en Cristo frente a los musulmanes, los cinco fueron condenados a muerte el 27 de julio del año 852 en Córdova, España. Sus cuerpos fueron recogidos por los cristianos, sepultados en diversos lugares. Años más tarde dos monjes parisinos llevaron a su monasterio reliquias de Natalia, Aurelio y Jorge, esto contribuyó a introducir el culto de estos mártires en el ámbito europeo.

Todos los 27 de julio recordamos y celebramos la vida de Natalia y Aurelio, unos jóvenes esposos con fe profunda en Dios quienes junto con sus amigos vivieron y murieron sabiendo que ¡con Dios siempre ganamos!