Santa Maravillas de Jesús, por María García de Fleury
Por María García de Fleury
Hoy hablaremos de otra monja carmelita descalza que se convirtió en una gran fundadora, la madre Maravillas de Jesús.
María de las Maravillas Pidal y Chico de Guzmán nació en Madrid el 4 de noviembre de 1891 y pertenecía a la familia de los marqueses de Pidal, tuvo una infancia y una juventud propias de su elevado estatus social, sin embargo, desde pequeña quiso consagrase a Dios y dedicó su juventud a ayudar a los necesitados. Le atraía mucho la espiritualidad de Santa Teresa de Jesús y de San Juan de la Cruz y movida por su amor a la virgen María, ingresó en el Camelo de El Escorial el 12 de octubre 1919 abandonando todas sus riquezas y todos sus lujos.
En 1924 por inspiración divina, fundó un monasterio de carmelitas descalzas en el Cerro de los Ángeles que es el centro geográfico de la península, junto al monumento del Corazón de Jesús como lugar de oración y de inmolación por la Iglesia y por España. En 1933 le pidieron que fundara un Carmelo en Kottayam, en la India, allá envió a 8 de sus monjas pero ella nunca pudo ir.
De 1936 al 39 arreció la persecución contra la Iglesia española y las carmelitas descalzas del cerro; la Madre Maravillas brilló por su espíritu de reparación, fortaleza, serenidad y confianza en el Señor, liderizó una arriesgada peregrinación con sus monjas del monasterio que culminó en el desierto carmelitano de Batuecas en Salamanca, recuperando este monasterio para la Orden.
Bajo el signo de la fidelidad a Santa Teresa fundó otros Carmelos recuperando lugares de tradición Teresiano y de San Juan de la Cruz.
Entre 1939 y 1962 la madre Maravillas de Jesús regresó al Cerro de los Ángeles y emprendió un total de 10 fundaciones con el espíritu de Santa Teresa de Jesús. En 1244 en Mansera de abajo en Salamanca, luego en Duruelo, en Cabrera en Salamanca, en Arenas de San Pedro en Ávila, en San Calixto en Córdoba, en Aravaca Madrid, en 1961 en La Aldehuela en Madrid, donde vivió hasta su muerte.
Desde Aldehuela esta hija de Santa Teresa audaz y actual, siempre atenta a las necesidades del prójimo realizó su gran obra social, entre otros edificó una iglesia, un colegio de 16 viviendas prefabricadas para familias que vivían en la miseria, promovió la construcción de una barriada de 200 viviendas, sostenía vocaciones sacerdotales, además en 1964 el Arzobispado de Madrid, Alcalá le pidió la restauración de El Carmelo de El Escorial, dónde vivió sus primeros años en la orden y luego, a petición del obispado de Ávila, salvó de la extinción el Monasterio de la Encarnación donde Santa Teresa de Jesús había vivido durante 30 años.
Fue priora durante largos años, enseñó a sus hermanas con el testimonio de sus virtudes y se distinguió por su vida mística, su ardor apostólico, por la bondad, unidad y firmeza ante quiénes la tenían por verdadera madre.
El 11 de diciembre de 1974 Falleció de 83 años en el convento de La Aldehuela y sus últimas palabras fueron: «Que felicidad morir carmelita», porque ella sabía que iba a encontrarse con Dios y que con Dios ¡siempre ganamos!
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