Santa Katerina Tekakawitha, por María García de Fleury - 800Noticias
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Religión

Por: María García de Fleury

El 17 de abril la Iglesia celebra la fiesta de Santa Katerina Tekakwitha, la primera santa piel roja de Estados Unidos, es la patrona de la naturaleza y de la ecología junto a San Francisco de Asís.

Katerina nació en Auriesville, Nueva York, Estados Unidos en 1656, su madre era una cristiana miembro de la tribu algonquina que había sido capturado por los iroqueses y liberada, por quién sería  su padre, que era el jefe de la tribu de los Mohawk. Cuando tenía 4 años se desató una epidemia de viruela y murieron su papá, su mamá y su hermano, a ella también le dio viruela y se le desfiguró el rostro, se le produjeron muchos problemas con la vista tuvo que ir a vivir a casa de unos tíos.

En 1666, soldados franceses e indios hostiles de Canadá destruyeron las fortalezas de los indios Mohawks; los indios que supervivieron se trasladaron a la parte norte del río y construyeron su pueblo fortificado. Caterina vivió encajonada durante sus siguientes 10 años, los indios mohicanos firmaron la paz con los franceses y a raíz de eso llegaron misioneros católicos jesuitas.

Katerina tenía 11 años cuando conoció la fe cristiana, a los 18 años de edad empezó a recibir catequesis en secreto, su tío finalmente cedió y le dio su consentimiento para que Katerina se convirtiera al cristianismo a condición de que ella no tratará de salir de la aldea India.

A lo 20 años fue bautizada el 18 de abril de 1676 en la misión de San Pedro de Caughnawaga, en Nueva York. Por unirse a la iglesia católica, Katerina fue ridiculizada y despreciada por los aldeanos, fue sometida a acusaciones injustas y su vida se vio amenazada, por eso se escapó, caminó 320 kilómetros a pie hasta llegar a la misión de San Francisco Javier cerca de Montreal, en Canadá.

Recibió su primera comunión un día de Navidad, hizo voto de castidad y se consagró a la Virgen, tenía una gran devoción al santísimo sacramento y a la cruz. En Canadá enseñaba oraciones a los niños y trabajaba con los ancianos y enfermos. Iba a misa, tanto al amanecer como al atardecer, se enfermó y falleció un 17ade abril de 1680 en plena Semana Santa, tenía apenas 24 años.

Sus últimas palabras fueron «Jesús te amo»,  los testigos informaron de que a los pocos minutos de su muerte las marcas de la viruela le desaparecieron por completo y su rostro resplandecía con encanto radiante y que se sanaron muchos enfermos que fueron al funeral; llegó a ser conocida como El libro de los Mohawks.

Tras su muerte, el pueblo desarrolló inmediatamente una gran devoción por ella y muchos peregrinos acudieron a visitar su tumba en Caughnawaga, Nueva York.

Antes de su muerte Katerina había prometido a su amigos que iba a seguir amando y orando por ellos en el cielo; tanto los nativos americanos como los colonos de inmediato comenzaron a orar por su intercesión celestial. Varias personas incluyendo un sacerdote que asistió a Katerina durante su enfermedad informaron que Katerina se les había aparecido y que muchos milagros de sanación fueron atribuidos a ella; sin duda Dios quiso premiar a Katerina por su vida de entrega, porque ella sabía que con Dios ¡siempre ganamos!.

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