Santa Helena, por María García de Fleury - 800Noticias
800Noticias
Religión

Por: María García de Fleury

Flavia Julia Helena nació en Turquía alrededor del año 248 después de Cristo, a los 28 años conoció a Constancio, se casaron y tuvieron un hijo llamado Constantino; 12 años después Constancio se convirtió en César del Augusto Maximiano en occidente, en la tetrarquía que gobernaba el imperio romano, se divorció de Helena por razones políticas y se casó con Teodora, la hija de Maximiano.

Desde entonces, hasta que Constantino se convirtió en Emperador, la vida de Helena pasó en relativa oscuridad y probablemente privada de la compañía de su hijo, quizá por eso se la ve como protectora de los que se encuentran en procesos de divorcio.

Alrededor del año 306, después de que las tropas de Constantino lo proclamaron sucesor de su padre, Helena se unió a la corte de Constantino. Su hijo, ahora emperador, le dio a su madre una residencia en el Palacio Sessoriano, a partir de ese momento ocupó un puesto destacado en la corte imperial y en el año 824 Helena recibió el título de Augusta.

Cuando Helena tenía casi 80 años se dirigió al este y a Jerusalén; el historiador eclesiástico Eusebio describe el viaje de Helena como una peregrinación en la que ella mostró gran entusiasmo religioso visitando los lugares por donde había caminado Cristo, cuidando de los pobres y necesitados y generosa en dotar de iglesias que se construirían en los lugares santos.

La tradición dice que mientras Helena estaba en Jerusalén en los años 327, descubrió la verdadera cruz de Cristo, ordenó que se derribara el templo de Venus y fue allí donde encontraron la tumba de Jesús y las reliquias de tres cruces; sobre esto se construyó la basílica del Santo Sepulcro.

Al poco tiempo los restos de la cruz ya eran venerados en la iglesia del Santo Sepulcro a finales del año 340, hoy dentro de la iglesia del Santo Sepulcro hay 29 escalones que conducen a la capilla armenia de Santa Helena, donde se dice que se encuentran las reliquias de la cruz.

Los restos de la cruz se trasladaron a Roma y se exhiben en la basílica de la Santa Cruz en Jerusalén. Helena también fue a Belén donde se construyó otra iglesia sobre la cueva donde nació Jesús. También en Jerusalén construyó una tercera basílica en el Monte de los Olivos, desde donde ascendió Jesús al cielo.

Poco después, al este, Helena falleció, fue enterrada en Roma en un mausoleo que Constantino construyó para ella cerca de la iglesia de los santos Marcelino y Pedro en la vía Labicana.

Helena fue a Jerusalén en busca de las reliquias de Cristo, construyó tres iglesias importantes para el culto de Jesucristo, porque ella sabía que él era Dios y que ¡con Dios siempre ganamos!