Santa Gema Galgani, por María García de Fleury - 800Noticias
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Santa Gema Galgani fue una jovencita italiana nacida en Lucca, Italia, el 12 de marzo de 1878, que en sus 25 años de vida tuvo una serie de experiencias de Dios muy interesantes.

Cuando nació, un tío propuso que le pusieran el nombre de Gema, y como muy católicos sus padres dijeron que no había ninguna santa y entonces ella no tendría protector en el cielo, pero el párroco que estaba allí escuchándolos dijo unas palabras que resultaron proféticas: “Miren, hay muchas Gemas en el cielo, esperemos que también ella sea un día otra gran Gema en el paraíso”

Su mama fue su primera y gran maestra en la escuela del amor a Jesús como Cristo crucificado y a la santísima virgen. Cuando su madre fallece le dijo a la virgen, “ya no tengo madre en la tierra, tú vas a ser mi madre en el cielo”, desde entonces Gema le confiaba a la virgen sus angustias, temores, dudas, y sentía que la virgen la consolaba. La eucaristía fue el centro de su vida y su primera comunión la recibió cuando tenía 9 años, el día de la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús.

A raíz de la primera comunión se afianzaron los deseos de Gema de sufrir y ayudar a Jesús a llevar la cruz, rezaba con mucha simplicidad y al mismo tiempo mantenía un dialogo muy afectuoso con Jesús, lo que la llevó a tener una gran profundidad espiritual. A su ángel de la guarda lo mantenía presente, pidiéndole siempre ayuda y protección.

Tenía 18 años cuando tuvieron que operarla del pie, y pidió que no le pusieran anestesia para sufrir por amor a Cristo en la cruz, que había padecido tanto por nosotros. El día de navidad del mismo año en 1896 hizo voto de castidad, su padre murió al poco tiempo y lamentablemente dejó a la familia llena de deudas y Gema se vio entonces viviendo en una gran miseria.

Sin embargo, rechazó la propuesta de matrimonio cuando tenía 20 años porque quiso ser toda de Jesús. Se enfermó de tuberculosis, quedó paralitica de ambas piernas y sufría una otitis que le producía un dolor insoportable en la cabeza. Le rezó una novena al Sagrado Corazón de Jesús y justo el día antes de terminarla se curó milagrosamente de todo esto.

Desde entonces, empezó a tener experiencias místicas, en junio de 1899, Cristo le dio los estigmas de la cruz. Ese año conoció los padres pasionistas que la introdujeron en casa de la familia Giannini, que tenía una muy buena posición y allí llevó una vida retirada entre la casa y la iglesia.

Allí leyó la vida de un joven pasionista llamado Gabriel de la Dolorosa, que la impresionó mucho y marcó su vida. Había quienes se acercaban a Gema para consultarle y ella empezó a predecir acontecimientos futuros y a realizar una serie de conversiones. En ocasiones, rezando sudaba sangre y junto a los estigmas le aparecían las llagas de la flagelación.

Se vestía de oscuro, sin escotes y con guantes negros para esconder los sellos de la pasión, a todas estas la examinaban científicos y no lograban encontrar las razones de las marcas de los clavos de la cruz ni tampoco de las llagas. Su director espiritual, que era el padre German, un sacerdote pasionista, le pidió que escribiera su autobiografía y ella se ofreció como víctima a Dios para la salvación de los pecadores.

Jesús le pidió que fundara un monasterio de claustrales pasionistas allí mismo en la ciudad de Lucca, Italia. Gema respondió con entusiasmo, pero ese mismo año enfermó gravemente y el sábado santo 11 de abril de 1903 falleció en medio de dolores muy fuertes. Santa Gema Galgani, una joven que ofreció su vida por la conversión de los pecadores, sabía la importancia de la salvación pues sabía que ¡con Dios siempre ganamos!