Santa Faustina Kowalska y la Divina Misericordia, por María García de Fleury - 800Noticias
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Religión

Por: María García de Fleury

Santa María Faustina Kowalska nació como Elena Kowalska en Głogowiec, al noreste de Łódźal en Polonia, el 25 de agosto de 1905. Desde los 7 años sintió la llamada del Señor pero tuvo que superar innumerables obstáculos para poder entrar a los 20 años en la congregación religiosa de las Hermanas de Nuestra Señora de la Misericordia, dedicadas a la educación moral de las jóvenes.

Faustina escribió en su diario que una noche de 1931, cuando estaba en su celda, se dio cuenta del Señor Jesús vestido de blanco, una mano la tenía levantada en señal de bendición y la otra estaba tocando su corazón, de donde salían dos rayos grandes, uno rojo y otro pálido. En silencio, ella miró fijamente al Señor, su alma estaba abrumada por el miedo pero también con gran alegría. Después de un momento Jesús le dijo: «Pinta una imagen de acuerdo con el patrón que ves, con la inscripción Jesús confío en ti».

Faustina también describe durante ese mismo mensaje que Jesús le explicó que quería que la imagen de la Divina Misericordia fuera solemnemente bendecida en el primer domingo de Pascua, ese domingo será la Fiesta de la Misericordia.

Su libro titulado El diario de Sor Faustina es una de las joyas de la literatura mística más leída por qué trata temas de espiritualidad y enseñanza que le dejó el propio Jesús. Evidentemente estas enseñanzas ya estaban en la iglesia, no son cosas nuevas pero las recuerdas nuevamente y ayuda a mejorar en nuestra vida espiritual. Entre esas enseñanzas, Santa Faustina señala que muchas veces nos alejamos del Señor, somos católicos de nombre y no de práctica, no obedecemos ni al Evangelio ni las enseñanzas de la Iglesia.

Esas faltas hieren el Corazón de Cristo, debemos siempre obrar conforme a las enseñanzas de la fe para que nuestra obediencia sea notoria y digna de ejemplo. Faustina enseña que si se observara rigurosamente en silencio, no habría murmuraciones, amarguras, maledicencias, chismes, no sería tan maltratado el amor al prójimo y muchas faltas se evitarían. Los labios callados son el oro puro y dan testimonio de la santidad interior y agregaba: «Hay tres géneros de personas que comunica el murmurador y le comunica el contagio de sus calumnias porque hiere al mismo tiempo a aquel de quien habla mal, aquellos en cuya presencia dice mal y a sí mismo el que lo está diciendo». Agregaba que de la Eucaristía tomaba fuerza a diario, en ella estaba su fortaleza.

Santa Faustina agrega que el término mortificación ha desaparecido actualmente del lenguaje espiritual católico y recuerda como debemos hacer pequeños sacrificios cotidianos, pequeñas mortificaciones tal cómo le enseña la Biblia. El sufrimiento es el tesoro más grande, decía Sor Faustina, porque purifica el alma, en el sufrimiento conocemos quién es nuestro verdadero amigo, el amor verdadero se mide con el termómetro del sufrimiento.

Jesús le dijo a Sor Faustina: «Antes de venir como Juez abro de par e par las puertas de mi misericordia, solamente quienes no quieran acudir a mi misericordia recibirán todo el peso de la justicia». Amigos, Sor Faustina falleció a los 33 años en 1938 obedeciendo siempre a Dios, porque ella sabía que Dios ¡siempre ganamos!

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