Santa Clara, patrona de las telecomunicaciones, por María García de Fleury
Por María García de Fleury
Santa Clara nació el 16 de julio de 1194, sus padres querían que se casara con un joven rico, sin embargo, cuando ella cumplió 18 años, Clara escuchó la predicación de San Francisco de Asís y su mensaje tocó su corazón; ahora quería dedicarle su vida entera a Cristo y decidió no casarse.
El domingo de ramos, mientras su familia fue a recoger las ramas de palma, Clara se quedó en casa para poder escapar y vivir la vida a la que sentía que Dios la estaba llamando. Habiendo hablado con San Francisco, se escapó hasta donde él vivía y en una ceremonia solemne Francisco le cortó el cabello, le dio una túnica marrón áspera y un velo negro para que se pusiera, así huyo de la riqueza y la nobleza de su familia para vivir una vida dedicada a Jesucristo como una monja pobre.
Vivió un tiempo con un grupo de monjas benedictinas que la mantuvieron a alejada de su padre porque él intentaba secuestrarla para llevársela de regreso a su casa y casarla. Al poco tiempo, Inés, la hermana de Clara, se unió a ella y se mudaron cerca de la iglesia de San Damián que San Francisco había reconstruido, llevaban una vida muy sencilla y pobre, esto atrajo a otras mujeres a unirse a ellas. No usaban zapatos, no comían carne, vivían en una casa pobre, dormían en el suelo y guardaban silencio la mayor parte del tiempo.
La falta de bienes y lujos les permitía mantener la mirada puesta únicamente en la oración y el sacrificio. San Francisco la guio cuando comenzó su propia orden de monjas cuya misión era vivir con sencillez, crecer en santidad y orar por un mundo necesitado de Dios.
La eucaristía era para Clara el lugar privilegiado de su encuentro con Cristo. En 1240 soldados musulmanes sitiaron a Asís e iban a invadir el monasterio, no había posibilidad alguna de socorro humano, pero quedaba Dios. Clara, a pesar de estar muy enferma, se hizo conducir hasta la puerta del receptorio y pidió le llevaran el Santísimo Sacramento con el cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo.
Llena de fe, postrándose en tierra en oración dijo: «Señor, guarda tu a estas siervas tuyas, pues yo no las puedo cuidar», alzó el Santísimo a la vista de todos y los sarracenos se marcharon sin causar mal ni daño alguno; nadie ha podido saber nunca lo que aquellos sarracenos vieron, solo se sabe que huyeron como si hubieran visto un espanto.
Clara meditaba en que si la virgen María engendró a Cristo en su carne, porque antes lo había concebido en su corazón por la fe, de la misma manera el alumbramiento de Dios por la recepción del Cuerpo de Cristo supone un alma purificada y en tensión hacia el mundo que viene, por eso su gran amor a la virgen María.
Clara fue la única mujer en la historia de la iglesia que compuso una regla escrita sometida a la aprobación del Papa para que el carisma de Francisco de Asís se conservara en todas las comunidades femeninas. Debido a que se dice que Clara vio una imagen de la misa en la pared de su habitación cuando estaba enferma, ella es la santa patrona de la televisión y las telecomunicaciones, también es la patrona de los bordadores, los trabajadores de oro, los de la lavandería, los que parecen enfermedades oculares.
Inspirada por las enseñanzas de San Francisco de Asís, la Congregación de Santa Clara, Las clarisas, continúan creciendo y están en más de 75 países en todo el mundo porque ellas alaban y adoran a Jesús en la eucaristía, que es Dios y con Dios ¡siempre ganamos!
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