Santa Cecilia y la música, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
Santa Cecilia celebra su fiesta el 22 de noviembre, es patrona de músicos y cantantes, a Cecilia le encantaba tocar música, cantar, bailar y hacer feliz a la gente. Ayudaba a quien lo necesitara consiente de que todas las personas son hijos de Dios.
Vivía en la ciudad de Roma y provenía de una familia rica, la casaron con un joven llamado Valeriano y logró convertirlo al catolicismo. Cecilia predicaba y ayudaba a la conversión de cientos de personas, la mayoría de los cuales fueron bautizadas por el papa Urbano, por esa razón el gobierno romano la puso presa y la mandó a matar.
Años más tarde exhumaron su cuerpo en 1599 e informaron de un misterio y delicioso olor a flor que procedía del ataúd, la encontraron incorrupta, es la en primera de todos los santos incorruptos. Santa Cecilia es la patrona de la música porque se dice que escucho música celestial en su corazón cuando se casó y cantaba siempre a Dios.
Hoy día se ha descubierto que la música es muy importante en nuestra vida, pues hace que seamos creativos innovadores mejora nuestra mente, hace que el aprendizaje sea más agradable, es una herramienta muy eficaz para mejorar la capacidad de memorización, la música puede cambiar nuestro estado de ánimo en solo unos segundos. Un determinado tipo de música es un destructor de estrés y puede hacernos sentir felices, libres de tensión y tranquilos, también sabemos que existen ritmos y letras de canciones que inquietan, angustian y alejan de la verdad de la persona humana.
La música es un lenguaje universal capaz de expresar emociones y sensaciones únicas, aun a veces si se escucha cantar a alguien en un idioma desconocido uno puede hasta lograr sentir lo que quiere transmitir aunque no sepas específicamente qué dice la letra, lo que sí sabe es que se está expresando algo alegre, triste o dramático.
Sin darnos cuenta a veces acudimos a la música buscando un contenedor para sentimientos que abruman, un lugar donde puedan desbordarse libremente sin dañar a nadie nuestros sentimientos, otras veces, nos reunimos para bailar, hacer que los ritmos musicales marquen el de la fiesta y buscamos las melodías para tranquilizarnos para estudiar o trabajar.
La ciencia ha podido establecer que los ritmos musicales estimulan distintas áreas del cerebro, se ha comprobado también que la buena música favorece el sistema inmunológico y se traduce en mejor salud; tenemos el ejemplo de las vacas, que está comprobado que dan más leche cuando se le ponen las sonatas de Mozart, y que las plantas florecen más cuando hay música suave de fondo.
Hay muchos estudios científicos que indican claramente que la música ayuda al desarrollo del bebé durante el embarazo porque ayuda a la madre a producir endorfinas que hacen que se sienta mejor, algo que el feto percibe. Al mismo tiempo se ha probado científicamente que la música en el embarazo estimula la frecuencia cardiaca del feto y permite que este sincronice sus latidos con los de su madre.
Amigos tengamos claro que con el canto de los pájaros y el ruido de los animales Dios creó la primera música en el mundo, sin duda necesitamos la música, la música debe servir para alegrar, tranquilizar y elevar el alma. Felicitaciones a los músicos porque saben como acercarnos a Dios y con Dios ¡siempre ganamos!
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