San Sebastián, protector contra las pestes, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
Sebastián nació hacia el año 256 en Roma, era hijo de una familia militar, noble y fue criado como un cristiano en una época en que ser cristiano era muy peligroso, incursionó en la carrera militar donde mantuvo su cristianismo en secreto para poder actuar como espía en el ejército.
Por su fuerza y valentía, Sebastián fue ascendido a Capitán de la guardia Pretoriana, que era un grupo de hombres que servían como guardaespaldas del emperador Diocleciano.
Diocleciano odiaba a todos los cristianos y ordenó que muchos fueran torturados y asesinados, el espionaje de Sebastián le permitió descubrir información que lo llevó a salvar a muchos cristianos, y a los que estaban encarcelados por su fe, los visitaba en secreto y les llevaba provisiones y consuelo.
Un día le llevaron a la esposa de una soldado, llamada Zoe, quien había perdido la capacidad de hablar, y esperaba que Sebastián pudiera ayudarla, él oró con ella y le hizo la señal de la cruz sobre ella, como fue sanada, muchos se enteraron de lo que había sucedido y también se hicieron cristianos; Diocleciano se enteró y los hizo arrestar y matar a todos.
Sebastián, como había estado cerca de Diocleciano trató de hacerlo cambiar de opinión diciéndole que él también era cristiano, pero Diocleciano no se dejó persuadir y ordenó que lo mataran pero que a él lo ejecutaran de una manera terrible.
Le quitaron la ropa, lo ataron a un árbol y tratado como práctica de tiro de flecha por los soldados; como era un hombre tan fuerte, las flechas que atravesaron su cuerpo no lograron matarlo. estas flechas siguen siendo un símbolo importante de su santidad.
Cuando los soldados se fueron, una mujer cristiana llamada Irene, se le acercó, lo desató y al ver que estaba vivo, lo cuidó hasta que recuperó la salud. Una vez recuperado, Sebastián fue a esconderse en un pasadizo para lograr hablar en secreto con Diocleciano; cuando lo encontró le dijo lo que pensaba de su crueldad y trató de convertirlo en cristiano.
Diocleciano se sorprendió al verlo con vida, lo escuchó, no dijo nada y se fue. Mandó a sus soldados a que se aseguraran de que muriera esta vez, y así sucedió.
De allí en adelante, las personas asociaban las flechas con las epidemias, porque las epidemias atacan al azar matando a cientos de personas, por eso rezaban a San Sebastián para que los protegiera, esta protección se hizo real y patente en la peste que azotó a Roma en el año 680, también en las pestes de la edad media como la peste negra y en muchas pestes sucesivas, por eso es invocado como el Santo contra las pestes y contra los enemigos de la religión. Además, como pudo soportar un castigo tan increíble, se le invoca como patrón de los atletas y de los arqueros.
Cuando Diego de Lozada llegó al Valle de Caracas y refundó formalmente la ciudad el 25 de julio de 1567 con el nombre de Santiago de León de Caracas, la actual capital de Venezuela, construyó la primera iglesia de Caracas en la esquina de lo que es hoy la iglesia de Santa Capilla y la llamó iglesia de San Sebastián de manera que este santo los protegiera de las flechas de los indígenas.
Amigos, San Sebastián valientemente vivió defendiendo la fe en Cristo y murió sabiendo en todo momento que ¡con Dios siempre ganamos!