San Romualdo: ¿Es posible convertirse?, por María García de Fleury - 800Noticias
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Todo ser humano llega a este mundo en un cuerpo desnudo y frágil, después de este nacimiento físico un recién nacido necesita de otro para poder sobrevivir, con la ayuda de su papá y su mamá este recién llegado posee la promesa de desarrollarse física, emocional e intelectualmente, de ser educado y alcanzar, la autosuficiencia y convertirse en un miembro productivo de la sociedad. Luego, después de una vida aquí en este plano de existencia la muerte llega y el ciclo de vida, nos define a todos.

Pero también existe otro tipo de nacimiento en el que Jesucristo hizo hincapié especial cuando Jesucristo dijo: «El que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios». En otro momento Jesús dijo: «Lo que nace de la carne es carne y lo que nace del Espíritu es espíritu»,  estos dichos sugieren que cada ser humano tiene dos realidades, la física y la espiritual.

A través de nuestro nacimiento físico entramos en este mundo temporal, pero para acceder a una realidad más eterna necesitamos experimentar un nacimiento espiritual, esto fue lo que le sucedió al santo que la Iglesia celebra hoy, San Romualdo, quien físicamente nació en Ravenna, Italia en el año 950 y era hijo de los Duques que gobernaban en esa ciudad.

Lo educaron de una forma muy mundana y su vida fue durante varios años muy descuidada, se dejó arrastrar hacia los placeres, fue víctima y esclavo de sus pasiones; solamente de vez en cuando experimentaba alguna inquietud y remordimiento de conciencia a los que seguían buenos deseos de enmendarse y propósito de volverse mejor.

El padre de Romualdo era un hombre de mundo, agresivo, y un día desafió a pelear en duelo a un enemigo y se llevó de testigo a su hijo Romualdo. Sucedió que el papá mató al adversario. Horrorizado ante el espectáculo, Romualdo huyó a la soledad de una montaña, allá tuvo su segundo nacimiento, se encontró con un monasterio de benedictinos donde permaneció tres años rezando y haciendo penitencia; luego se fue a vivir solo en una montaña dedicado a orar, meditar y a hacer penitencia.

Allí conoció a un monje sumamente rudo y áspero llamado Marino, juntos lograron dos notables conversiones, la del jefe civil y militar de Venecia y el del Dux de Venecia. El mismo papá de Romualdo, arrepentido de su antigua vida de pecado se fue a reparar sus maldades en un convento.

Durante 30 años San Romualdo fue fundando en Italia conventos donde los pecadores pudieran hacer penitencia de sus pecados en total soledad, silencio, apartado del mundo y de sus maldades. Un día tuvo una visión de una escalera por la cual su discípulos subían al cielo vestidos de blanco, desde entonces cambió el antiguo hábito negro de sus religiosos por un hábito blanco.

Dios le tenía reservado un lugar para que fundara una comunidad como él la deseaba en una finca en región montañosa, apartada. Allí, en un campo llamado Málduli, fundó Romualdo su nueva comunidad que se llamó Camaldulenses.

Rumualdo demostró que si es posible convertirse y ayudar a otros a andar por los caminos señalados por Jesucristo, falleció el 19 de junio del año 1027 habiendo convertido mucha gente hacia una vida con sentido porque logró aprender que con Dios ¡siempre ganamos!

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