San Peregrino, por María García de Fleury
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De San Peregrino se sabe que venía de una familia muy acomodada que era hijo único, vivían en Forlì, Italia y nació en 1265. En su adolescencia se unió a los enemigos del Papa en Forlì y se convirtió en cabecilla de los rebeldes, era tal la rebelión que el papa prohibió que se realizaran los sacramentos y mandó a cerrar las iglesias.
Esa medida fracasó, entonces el Papa envió al padre Felipe Benicio de la orden de los siervos de María como su embajador personal para intentar llevar la paz entre los rebeldes furiosos. Una multitud brava, molesta golpeó al padre Benicio y el propio peregrino le dio un golpe fortísimo en la cara, el padre le respondió poniéndole la otra mejilla para que se la golpeara. Peregrino quedó impresionado de la actitud del padre Felipe y le pidió explicaciones de por qué ponía las dos mejillas.
El padre Felipe le explicó acerca de las enseñanzas de Jesús, dolido por el remordimiento el joven peregrino se echó a los pies del lastimado y sangriento sacerdote pidiendo perdón. Amigos, Dios tiene caminos, sus hombres y mujeres cuando tienen el corazón noble son capaces de regresar.
Ya convertido, San Peregrino se convirtió en un líder grande que empezó a llevar a muchos a Cristo. Peregrino comenzó a ir a orar en la capilla de Nuestra Señora de la Catedral, un día, mientras estaba de rodillas tuvo una aparición de la madre de Dios sosteniendo en las manos un hábito negro como el que llevaban los siervos de María. “Ve a Siena” -le dijo la virgen al asombrado peregrino- “allí encontraras hombres devotos que se hacen llamar mis siervos, únete a ellos”.
Para su sorpresa quién lo recibió en el convento fue el mismo padre Felipe Benicio. Peregrino hizo mucha penitencia observando una vida de silencio y soledad, vivía el dicho “hoy mejor que ayer, mañana mejor que hoy”, estudió teología y se ordenó sacerdote, luego fue enviado a su ciudad natal de Forlì para fundar un monasterio de la orden de los siervos de María.
El ahora padre Peregrino se convirtió en un sacerdote modelo, tenía gran fama de predicar, de ser un orador excelente, de ser un orador apacible y comprensible, se esforzaba por ayudar a los pobres y a los afligidos, comenzaron a llamarlo ángel del buen consejo, en agradecimiento por sus sabios consejos, y se destacaba por su amor a la cruz.
Años más tarde le apareció un tumor cancerígeno en el pie derecho, era tan doloroso que finalmente accedió a que el cirujano se lo amputara. La noche previa a la cirugía Peregrino rezó durante horas, luego se adormeció y soñó que Cristo lo tocaba y curaba su pie, la emoción lo despertó y vio que su pierna estaba completamente curada.
Los forlineses los admiraban aún más cuando se enteraron de su cura milagrosa y cuando estaban enfermos apelaban a sus oraciones. Algunos se curaban cuando él le susurraba “Jesús”.
Desde entonces la iglesia lo ha declarado Patrón de las personas con cáncer, dolencias en el pie o cualquier enfermedad incurable.
Peregrino murió el primero de mayo de 1345 a los 85 años, su cuerpo está incorrupto, su fiesta se celebra el 4 de mayo. Peregrino pasó de ser un gran rebelde en su juventud a convertirse en santo, demostrando una vez más que ¡con Dios siempre ganamos!