San Pascual Bailón, por María García de Fleury - 800Noticias
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Pascual Bailón nació en Torrehermosa en Aragón, España en 1540 y desde niño trabajaba como pastor. Desde los campos donde cuidaba las ovejas de su amo, veía la torre de la iglesia del pueblo y de vez en cuando se arrodillaba a adorar al Santísimo Sacramento desde la distancia.

En esos tiempos se acostumbraba que el sacerdote, al elevar la ostia en la misa, se tocaran las campanas y cuando el pastorcito pascual las oía se arrodillaba en su campo mirando hacia la iglesia y adoraba a Jesucristo presente en la santa ostia.

Un día unos pastores lo oyeron gritar «¡ahí viene, ahí está!», y cayó de rodillas, después dijo que había visto a Jesús presente en la santa ostia.

De niño, siendo pastor, ya hacía sacrificios por amor a Dios, por ejemplo andar descalzo por caminos llenos de piedras y espinas. A los 24 años entró como religioso entre los franciscanos, al principio le negaron la aceptación por su poca instrucción pues apenas había aprendido a leer y el único libro que leía era el devocionario que siempre tenía a mano, allí le encantaba leer especialmente las oraciones a Jesús sacramentado y a la Santísima Virgen. Como religioso franciscano sobresalió por ser alegre y devoto, sus oficios fueron siempre los mas humildes: portero, cocinero, mandadero, barrendero.

Cuentan que uno de sus dichos era: «nunca hay que negar el pan a nadie, cuando hay generosidad y ganas de compartir siempre se produce el milagro». Desde hace muchos años las mujeres de México tienen a Pascual Bailón en la cocina para implorarle que la comida esté buena y a tiempo, por eso lo tienen como el santo patrono de los cocineros.

Cualquier rato libre Pascual se iba a la capilla a ponerse de rodillas con los brazos en cruz, adorando a Jesús sacramentado, por las noches pasaba horas ante el Santísimo Sacramento y por la madrugada, antes que los demás religiosos llegaran a la capilla a orar, allí estaba el hermano Pascual adorando a Nuestro Señor. Pascual compuso varias oraciones muy hermosas al Santísimo Sacramento.

Un día sus superiores lo enviaron a Francia a llevar un mensaje, allá llegó descalzo con una túnica vieja y remendada, y de repente lo rodeó un grupo de protestantes y lo desafiaron a que les probara que Jesús si estaba en la eucaristía. Pascual les habló de tal manera de la presencia de Jesús en la eucaristía que los demás no fueron capaces de contestarle. Hablaba poco, pero cuando se trataba de la sagrada eucaristía, inspirado por el Espíritu Santo impresionaba a todos, siempre estaba alegre, nunca se sentía tan contento como cuando ayudaba en misa o cuando podía estar un rato orando ante el sagrario del altar.

Con frecuencia lo encontraban bailando frente a la imagen de la virgen y de ahí el nombre de Bailón.

Se enfermó y estaba moribundo cuando oyó una campana y preguntó: «¿De qué se trata?». «Están en la elevación en la Santa Misa», le respondieron, «¡Ah que hermoso momento!» dijo Pascual, y quedó muerto en aquel preciso momento. Ese día se celebraba Pentecostés y era el 17de Mayo de 1592, curiosamente, Pascual nació y murió en un día de Pentecostés.

El Papa León XII declaró a Pascual Bailón patrono de todas las obras eucarísticas, su amor más grande durante toda la vida fue la sagrada eucaristía, pues él estaba consciente de que con Dios ¡siempre ganamos!