San Óscar, patrono de Escandinavia, por María García de Fleury - 800Noticias
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Soy María García de Fleury.

Oscar nació en Corbí, Francia, en el año 801. Fue un gran erudito. Desde muy joven fue estudiante de los benedictinos en la abadía de Corbí, cerca de Amiens, en el norte de Francia. Allí regresó más tarde para hacerse monje y luego fue nombrado maestro interno. Un puesto que ocupó en la nueva Corbí era una comunidad nacida en Sajonia.

Más tarde pidió ir a evangelizar a los pueblos de los normandos tan temibles en aquella época. Y con apenas 25 años, Oscar partió para Dinamarca con el nuevo rey Harald, que acababa de bautizar. Allí fundó una escuela, pero después de sólo un año el rey Harald se vio obligado a dejar el trono y los misioneros también tuvieron que retirarse. En compañía de los embajadores de Ludovico Pío, entró entonces en Suecia y predicó el evangelio allí. Aunque habían sido atacados en el camino y aparentemente habían abandonado su misión, Oscar logró entrar en el país y fue recibido favorablemente por el rey, que le permitió predicar.

El rey fue tolerante con la predicación de la fe en Cristo, tanto así que el jefe de los consejeros reales, Herigar, se convirtió y construyó la primera iglesia de Suecia. Lo consideraban como una creencia nueva, como la religión de los forasteros y de los prisioneros de guerra. Pero los resultados fueron tan buenos que el nuevo emperador Ludovico Pío alentó el nacimiento de una nueva estructura eclesiástica en esas tierras que tuvo como sede Hamburgo.

De ese modo Oscar se convirtió en obispo y luego en el primer arzobispo de Hamburgo en el año 832. Sin embargo, Suecia y Dinamarca restituyeron el paganismo en el 845 y Oscar tuvo que repetir de nuevo todos sus trabajos y hasta frustrar una rebelión pagana. En Suecia logró construir una iglesia y dejar a un sacerdote encargado. Regresó a Dinamarca, donde el rey Herig había expulsado a los sacerdotes. Oscar logró convertir la enemistad del rey Herig en amistad y que entraran de nuevo los sacerdotes.

Construyó una iglesia e introdujo el uso de las campanas que los paganos consideraban como instrumentos mágicos. Además convenció al rey vikingo de mitigar los horrores de la trata de esclavas. Cuando el rey Ludovico Pío murió, el imperio comenzó a desmoronarse también por las incursiones de los pueblos invasores, como por ejemplo los normandos, que desbastaron los territorios del norte de Europa en esos años.

Los vikingos también entraron en una ola destructiva y llegaron a Hamburgo, tanto que Oscar se vio obligado a refugiarse en Bremen, donde como obispo pasó los últimos años de su vida trabajando en la edición de una biblia para los pobres. En la catedral de la ciudad se conservan algunos fragmentos de esa antigua biblia. San Oscar se destacó por su piedad, mortificación, observancia de la regla monástica, su humildad y modestia ante sus éxitos apostólicos.

Construyó iglesias, hospitales, rescató cautivo, envió cuantiosas limosnas al extranjero, escribió varias obras, aunque muy poco de ello ha quedado. A lo largo de su vida San Oscar sufrió muchas contrariedades. Murió en Bremen el 3 de febrero de 1865, sin haber visto realizado el sueño de una profunda evangelización del norte de Europa, pero con la alegría de haber sembrado en esas tierras la primera pequeña semilla del anuncio de la fe en Cristo, porque vivió convencido de que con Dios siempre ganamos.

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