San Oscar , Patrono de Escandinavia, por María García de Fleury
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De los países escandinavos hemos hablado poco, hoy es un día adecuado para hacerlo porque la iglesia celebra a San Óscar, el primer arzobispo de Hamburgo y el Santo Patrono de Escandinavia. Escandinavia no es un país, es una zona que incluye a varios países del norte de Europa, Suecia, Noruega, Dinamarca, Finlandia e Islandia.
Escandinavia posee un clima muy frío con temperaturas bajísimas, tiene bellísimos fiordos, cadenas montañosas imponentes, lagos, ríos y a esas tierras fue enviado San Óscar a predicar y evangelizar, pues la iglesia se ocupa de todas las personas sin importar el lugar geográfico donde vivan. Para la iglesia católica todos son criatura de Dios a quienes Dios quiere invitar a través del bautismo a convertirse en hijos de Dios .
La historia de San Óscar es muy interesante, porque habiendo nacido en el año801 en Amiens, Austrasia, es decir en los territorios que hoy forman el norte de Francia o de Alemania, Bélgica y los países bajos, fue capaz de ir hacia el norte, hasta Escandinavia a evangelizar en un tiempo donde no existían prácticamente medios de comunicación y la mayor parte de los recorridos se hacían a pie, lo que ratifica que quien verdaderamente está lleno de amor de Dios, no conoce barreras de clima ni pone quejas por incomodidades ni por dificultades; el amor de Dios lo llevó a hacer de su vida una entrega total por enseñar el evangelio.
Óscar tenía muy buena preparación académica, había estudiado en la Abadía benedictina The curvy en Francia, tenía 14 a años cuando falleció el gran emperador Carlomagno. En el año 823 salió del convento en Corby con otros compañeros benedictinos a fundar un nuevo convento en materia de enseñanza de las artes y la práctica del evangelio, así nació la escuela más famosa del norte de Alemania.
Un día llegó allí, el rey Harald de Dinamarca pidiendo ser bautizado, Óscar como superior de la escuela monacal lo bautizó y se ofreció a ir con él a sus tierras y poner nuevas tierras a los pies de Cristo.
El papa Gregorio IV aprobó que fuera a cristianizar a Dinamarca y también ayudar al rey John para convertir a Suecia al cristianismo, a óscar lo acompañó otro benedictino llamado Adverts, los dos sabían que existían muchos peligros al ir a predicar en las ciudades, los campos, las cortes, las plazas, discutiendo con los sacerdotes de los ídolos.
Óscar le predicaba a los marineros, que eran hombres rudos, rescataba a los esclavos, instruía a los niños, catequizaba los pobres.
Las conversiones eran difíciles y a veces superficiales, pues la gente aceptaba la nueva religión católica pero lo abandonaban sin ningún escrúpulo. Óscar no se dementó por eso, fundó una escuela de evangelizadores, fue amenazado de distintas formas pero decía que él tenía a Dios y sin miedo llegó hasta Suecia; allí invitó al rey y con gran audacia y heroísmo se presentó en la asamblea nacional.
A su voz las turbas amotinada se apaciguaron, la prédica de Óscar este misionero francés empezaba a triunfar.
En el año 832 fue nombrado arzobispo de Hamburgo y después de superar con gran ánimo muchas dificultades falleció en Bremen, Alemania en el año 875, habiendo cercado a miles de personas a Dios porque él sabía que con Dios siempre ganamos.