San León Magno, gran defensor de la Iglesia, por María García de Fleury
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En la historia de los papas encontramos a dos con el título de Magno en el siglo V, San León Magno y San Gregorio Magno, en ese tiempo sucedieron grandes acontecimientos y fueron momentos muy conflictivos y difíciles.
León nació en Toscana, Italia, recibió una esmeradísima educación, hablaba correctamente el idioma nacional que era el latín, fue secretario del Papa San Celestino y luego del Papa Sixto III, quién lo mandó como embajador a Francia para tratar de evitar una guerra civil que iba a estallar por la pelea entre dos generales. Mientras estaba en Francia le llegó la noticia de que lo habían nombrado Papa, estábamos en el año 440.
Desde el principio su pontificado el Papa León dio muestra de poseer grandes cualidades para ese oficio, predicaba al pueblo en todas las fiestas, de él se conservan 96 sermones que son verdaderas joyas de doctrina y a los que estaban lejos los instruía por medio de cartas, hay 144 cartas escritas que se conservan. El Papa León Magno tuvo que luchar fuertemente contra dos clases de enemigos, los externos que querían invadir y destruir a Roma y los internos que trataban de engañar a los católicos con errores y herejía.
Así, por ejemplo, en el año 452 Italia temblaba frente a la invasión del ejército de Atila que era el jefe de los hunos, gran parte del norte de Italia había caído en manos del invasor, las ciudades habían sido saqueadas, rasadas hasta el suelo. Atila de quien se decía que era tan Bravo que por donde pisaba no volvía a crecer la grama, proseguía su avance hacia Roma, pero allí la historia se detuvo porque el papá León Magno encabezó una delegación para encontrarse con Atila y lo disuadió de proseguir la guerra de invasión.
Se dice que Atila, rey de los hunos, se retiró después de haber visto aparecer detrás del Papa León a los apóstoles Pedro y Pablo armados con espadas.
Tres años después una vez más el papá León Magno, siempre desarmado, detuvo a las puertas de Roma a los vándalos de África guiados por el rey Genserico, gracias a su intervención la ciudad fue saqueada pero no le incendiaron y permanecieron intactas la Basílica de San Pedro, la de San Pablo y la de San Juan y allí se refugio una gran parte de la población que lograron salvar sus vida.
EL papá León se dedicó mucho a la tutela de la doctrina, convocó e inspiró el Concilio Ecuménico de Calcedonia dónde se reconoció y se afirmo la Unión en Cristo de las dos naturalezas, humana y divina rechazando la herejía Eutico que negaba la humanidad del Hijo de Dios. La intervención del Papa León en el concilio se produjo a través de un texto doctrinal que fue leído públicamente a los 350 padres conciliares y todos ellos lo acogieron por aclamación popular afirmando: «Pedro, ha hablado por boca de León, León ha enseñado según la piedad y la verdad».
El Papa León fue defensor y promotor del primado de Roma, se destacó como teólogo, pastor, fue atento a la comunión entre las diversas iglesias, sin olvidarse de las necesidades de los fieles, animaba las obras de caridad en una Roma doblegada por la carestía, la pobreza, las injusticias y las supersticiones paganas. Llevó adelante todas las acciones indispensables, cómo se leen en sus escritos, para tener justicia con constancia, ofrecer amorosamente la clemencia, porque él decía que sin Cristo no podemos nada, pero con él lo podemos todo, él estaba consciente de que con Dios ¡siempre ganamos!
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