San Juan Pablo II en Guanare Venezuela, por María García de Fleury - 800Noticias
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María García de Fleury

El 9 de febrero de 1996 el papa Juan Pablo II llego por segunda vez a Venezuela. Al día siguiente, el 10 de febrero, se trasladó a Guanare en helicóptero. Allí fue recibido entre aplausos y exclamaciones de: ¡Viva el Papa!, ¡Juan Pablo, amigo, estamos contigo!

Cumplida así la misión de regresar a Venezuela para inaugurar el santuario de nuestra señora de Coromoto en el lugar de la segunda aparición, donde ella dejó su imagen grabada en manos del Cacique. Nuestro actual cardenal Baltazar Porras era en ese momento el obispo presidente de la Comisión de la Visita Papal.

Al llegar al santuario el Papa se arrodilló delante de la imagen de la virgen de Coromoto y se sumió en profunda oración. Visiblemente emocionado celebró la misa. En su homilía dijo: «Yo expreso también la inmensa alegría que me concede la divina providencia al poder inaugurar hoy, en este santuario nacional de la virgen de Coromoto, cuya imagen coroné en mi anterior viaje, encomendándole los hijos e hijas de este noble país, los cuales le tributan una gran devoción gracias al amor de tantos hombres y mujeres que la han propagado y entre los que se destaca particularmente un religioso de las escuelas cristianas, el hermano Nectario María».

Luego precisó el significado espiritual de santuario diciendo: «María, templo de la nueva alianza, morada de Dios entre los hombres está presente. La inauguración de este santuario nacional, lugar de encuentro con Dios de manos de la madre del redentor es una invitación a revitalizar la fe, amar a la Iglesia y a la humanidad con el mismo amor de Cristo, a llevar a cabo la nueva evangelización en la línea de las bienaventuranzas, trabajando por la justicia y la paz. A comprometerse en la edificación de una sociedad más fraterna y solidaria, en definitiva una invitación a la santidad, presupuesto fundamental y condición insustituible para realizar la misión salvífica de la Iglesia»; y agregó: «María está presente en medio del pueblo de Dios convocado por la voluntad del padre en la Iglesia. María la madre de Cristo es también la madre de Dios, es la madre que tiene profundas razones para que nuestra nación cristiana repita en este santuario tú eres el orgullo de nuestro pueblo».

En la misma homilía el papa Juan Pablo II mencionó en varias oportunidades que la madre de Dios está presente en Venezuela. Al analizar de nuevo esta homilía del 10 de febrero de 1996 y viéndolo en el paso del tiempo, el Papa estaba diciéndonos lo que han encontrado las investigaciones y el continuo estudio de la imagen que dejó la virgen en manos del Cacique. Que la virgen es una presencia viva, ella está viva en esa imagen del tamaño de una huella dactilar, el tamaño de un sello. Pareciera decirnos simbólicamente que ella es el sello de Dios en tierra venezolana.

El mensaje de la virgen que aceptó ser llamada como el Cacique, Coromoto, palabra que significa «quien detiene la tormenta», es un mensaje que se sigue revelando para el mundo, el cual estamos llamados a seguir profundizando y sobre todo como dijo Juan Pablo II: Es una invitación a la santidad, presupuesto fundamental y condición insustituible para realizar la misión salvífica de la Iglesia»; y nosotros agregamos eso es lo que quiere Dios y con Dios siempre ganamos!