San Juan Eudes y su preocupación principal
María García de Fleury
Juan Eudes nació en medio de una familia de campesinos en Normandía, Francia, en 1601. Vivió durante el sombrío periodo de la guerra civil de los 30 años entre católicos y protestantes. Fue un siglo de conflictos dentro del cristianismo, de investigación intelectual, de busca mística de renovación de la iglesia.
Se produjeron muchas reformas pastorales, reformas en las órdenes monásticas. Surgieron nuevas congregaciones y personas como San Francisco de Sales, el cardenal Pierre de Berulé, San Vicente de Paul, quienes trabajaban por la nueva evangelización de acuerdo a lo emitido por el concilio de Trento de 1545.
Se implantó el Carmelo en Francia. En ese siglo XVII el mundo tomaba una nueva forma con la llegada de la ciencia moderna y la revolución de Copérnico. A partir de 1641, Juan Eudes se dedicó a las misiones. Percibió claramente que el fruto de las misiones no se consolidaría a menos que los sacerdotes estuvieran bien capacitados, conscientes del significado de la gracia bautismal para poder desempeñar las tareas pastorales.
Por eso, Juan Eudes comenzó a pensar en abrir seminarios y, a pesar de muchos obstáculos, decidió fundar una nueva congregación donde los sacerdotes se dedicaran a las actividades de las misiones y de los seminarios.
Así fundó la congregación de Jesús y la congregación de los Eudistas, cuyo acto de nacimiento coincide con la creación del seminario de Caen el 25 de marzo de 1643. Sufrió humillaciones, pero supo defender su inocencia valientemente. Juan Eudes creía en un amor creativo que nos precede. Fruto del amor eterno de Dios, el hombre fue creado de imagen divina, imagen viva llamada a participar en los grandes designos del Creador.
Para San Juan Eudes, el ayudar a los demás a encontrar la misericordia divina significa trabajar por la salvación de las almas. De ahí el objetivo de su camino humano y espiritual. Estaba consciente de que Dios creó al mundo y en todo momento lo sostiene y lo preserva. El amor ha sacado al hombre de la nada.
La misericordia sacará al pecador de su miseria. Y los planes de Dios serán magníficamente restaurados con la llegada de Jesús, que será fiel al amor de su Padre en todo momento. Y va a ser también el portador de la salvación para todos. La preocupación principal de Juan Eudes fue encontrar la mejor manera de hablar de la relación entre Dios y los hombres. Esto estaba muy en la línea del Padre Pierre de Berulé, su guía espiritual y con emoción.
El movimiento que surgió de su impulso de Escuela Francesa de Espiritualidad o Escuela Beruliana deseaban buscar la mejor manera de hablar de la relación entre Dios y el hombre.
Por eso eligió intencionalmente el camino de la interioridad y de la comunión de la vida con Cristo. Decía que el Evangelio debe estar entrelazado con la red de la existencia diaria. Cada momento de la vida, cada pensamiento debe estar relacionado con Cristo. La obra de las obras es formar a Jesús.
Al principio hablaba del corazón de María. Luego su visión se amplió también hacia el corazón de Jesucristo. Fue el primero en componer un oficio y una misa en honor del inmaculado corazón de María y del sagrado corazón de Jesús, celebrándolos dentro de su congregación, porque sabía que con eso alababa a Dios.
Y con Dios siempre ganamos.
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