San Juan Crisóstomo, por María García de Fleury - 800Noticias
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Religión

Por: María García de Fleury

Juan Crisóstomo o Juan de Antioquía nació en Antioquía, lo que es hoy Siria; para la época era la ciudad más importante del imperio romano de Oriente y probablemente nació entre 347 y 349 y murió el 14 de septiembre del año 407, está considerado como uno de los grandes doctores y padres de la iglesia oriental, la iglesia ortodoxa griega lo valora como uno de los más grandes teólogos, uno de los tres pilares de esa iglesia.

Es el único de los grandes padres orientales que viene de la escuela de Antioquía, está considerado como el más famoso orador de la iglesia, y por eso el Papa Pio X le dio el título de Patrono de los predicadores.

Huérfano de padre, de joven quiso irse a vivir orando en el desierto, pero su mamá le pidió que no la dejara sola y por eso convirtió parte de su casa en un oratorio. Después de la muerte de su mamá se fue al desierto donde permaneció 6 años rezando y haciendo penitencias.

Regresó a la ciudad y fue ordenado diácono en el año de 381, cinco años después lo ordenaron sacerdote y de ahí en adelante se dedicó a la predicación, a todos les impresionaba por su capacidad de oratoria, su facilidad de palabra, la profunda cultura que tenía que impresionaba hasta a los griegos.

En sus discursos abundaban sus pensamientos combinados con una forma muy popular de presentarlos y de ilustrarlos, pero sobretodo, a la gente le impresionaba la sinceridad de todo corazón y la convicción con la que entregaba el mensaje, el cual sentía que Dios le había entregado.

Eso llamaba poderosamente la atención, las explicaciones especulativas no atraían a su mente ni se hubieran adecuado tampoco a los gustos de los oyentes.

Como pastor y moralista, generalmente prefería materias morales y sociales, hablaba de las necesidades espirituales y materiales de los pobres y en contra de las arbitrariedades de los poderosos.

En febrero del año 398 lo nombraron Metropolitano de Constantinopla y de nuevo le dieron el título de Patriarca. La actividad pastoral que desempeñaba producía admiración, evangelizó en los campos, fundó hospitales, criticó los vicios y las tibiezas, exhortó a los monjes flojos, perezosos, exhortó a los eclesiásticos demasiado amantes de las riquezas. Por supuesto hubo poderosos que se opusieron a él y él se enfrentó con la corte del Emperador Arcadio, y de su esposa, por eso lo desterraron.

Crisóstomo, repito, no era una mente especulativa ni tampoco estuvo involucrado en grandes controversias dogmáticas, sin embargo, sus escritos contienen grandes tesoros teológicos. Reinstalado en su sede episcopal temporalmente, de nuevo fue depuesto y exiliado, y durante este último viaje, el 14 de septiembre del año 407 falleció, habiendo pasado toda su vida llevando la palabra de Dios a la práctica, porque él sabía que con Dios ¡siempre ganamos!