San José y la familia, por María García de Fleury
Por María García de Fleury
San José fue el padre en la Tierra, el padre legal de Jesús, pues Dios quiso que Jesús, su hijo, naciera dentro de una familia. Esto le da una importancia muy grande a la familia, José realmente fue el protagonista de lo que llamamos la Sagrada Familia porque en la historia de Jesús y María a nivel de familia José fue quien tomó las grandes decisiones familiares. Dios le había encomendado el cuidado de su familia y él cumplió con su responsabilidad, aunque muchas veces no entendía.
En la plenitud de los tiempos Dios decidió fundar la familia divina en la Tierra, eligió a San José para que fuera el protector y custodio de su hijo dentro de la familia que quería fundar. Fue a José a quien el ángel se le apareció para que no tuviera temor en aceptar a su esposa María pues el hijo que había engendrado era hijo de Dios. Fue a José a quién el ángel encargó el nombre que debían poner al niño, José fue quien fijó la fecha del traslado de María como su mujer a su casa, como padre responsable tomó la decisión de huir con la virgen y el niño hacia Egipto cuando el ángel le avisó en sueños que Herodes quería matar al bebé, fue el quien después de escuchar al ángel tomó la decisión de regresar a Nazaret.
Es muy interesante pensar que San José fue capaz de amar a Dios como a hijo y a la madre de Dios como esposa y fue capaz de abarcar en su amor y tomar bajo su protección a toda la iglesia de la cual Jesús es la cabeza y María es madre.
El 8 de diciembre de 1870 el Papa Pio IX atendió a las innumerables peticiones que recibió de los fieles católicos en el mundo entero y la solicitud de los obispos reunidos en el concilio Vaticano I y declaró y constituyó a San José como patrono universal de la Iglesia porque había sido el protector del niño Jesús y de María y así plasmó la devoción a San José dentro de la liturgia católica.
En 1955 el Papa Pio XII añadió la fiesta de San José Obrero, este santo silencioso a quien se le encomendó la noble tarea de cuidar y velar por la virgen María y Jesús ahora cuida y vela por la Iglesia y modela toda la dignidad del trabajo humano. No sólo cuida y protege a los trabajadores y a la Iglesia sino sobre todo a la familia.
La vida recta que José vivió desarrolló su fidelidad, la fidelidad le dio valor, el valor permitió su generosidad, la generosidad le permitió crecer en sabiduría y la sabiduría le enseño a José la bondad, esa bondad que, si debemos equivocarnos, todos nuestros errores deben ocurrir allí. José hizo lo que Dios le encomendó porque era un hombre de fe y un hombre en plenitud dedicado a Dios y con Dios ¡siempre ganamos!