San José ¿joven o viejo?, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
Por mucho tiempo San José estuvo en la oscuridad y en el silencio, pues la devoción de los primeros cristianos era hacia Jesús, la madre de Dios y los mártires, sin embargo, el pueblo cristiano siempre le ha tenido un especial cariño.
La importancia de San José radica en que fue el padre en la tierra de Jesús, y forma parte de la revelación de la que se habla en el nuevo testamento, lo encontramos en los relatos de Lucas y de Mateo sobre la infancia de Jesús. El propio San Mateo dice que San José estaba comprometido con María y la costumbre era comprometer a los varones siendo 3 años mayores que la muchacha.
Durante el renacimiento comenzaron a pintar a San José con una azucena y es interesante saber que este distintivo de San José se le pasó a San Antonio de Padua, porque a él se le apareció el niño Jesús y en ese tiempo San Antonio de Padua sustituyó en la devoción popular al padre de Jesús, José de Nazaret. Por eso, y para distinguirlo, empezaron a pintar a San José, no como un joven sino como un hombre mayor, hasta transformarlo en un viejo que acompañado de la azucena sostenía en brazos a un recién nacido a veces y en otras oportunidades a un niño de poca edad.
El papel juvenil se lo adjudicaron a San Antonio, que llevó en la práctica los mismos símbolos de San José, de ahí que a San José lo hayan tomado como el protector de los ancianos por demás cercanos a la muerte, porque se considera que cuando José muere estaba Jesús y María su lado, por eso él es el patrón de la buena muerte.
A San José se le pinta también con el símbolo del peregrino de tanta estima en las iglesias orientales católicas y ortodoxas, como lo fue en la iglesia occidental del medievo. El que más convendría a San José es este San José peregrino, José tenía que tener esa fortaleza juvenil porque fue sin duda alguna el guía de la primera inmigración de la nueva alianza, más todavía la de los primeros prófugos de la historia cristiana cuando tuvo que huir a Egipto con el niño Jesús y la virgen María al saber que le rey Herodes andaba buscando al niño para matarlo.
La sagrada familia huyó a tierra extranjera y así participo del dolor de su pueblo exiliado, perseguido, humillado y quien encabezó y se hizo responsable de esta huida fue San José.
Los distintos papas han hablado de San José, pero la verdad es que ese velo que cubrió el nombre y el poder de San José durante las primeras épocas cristianas es como la prolongación del silencio con el que estuvo rodeado toda su vida. Es la continuación de esa vida oculta cuyos esplendores maravillan cada vez más la inteligencia y el corazón de los fieles porque San José fue un hombre que cumplió a cabalidad la misión que Dios le dio, aunque no lo entendiera el cumple esa misión en la tierra porque él sabía que con Dios ¡siempre ganamos!