San José, esposo de la Divina Pastora, por María García de Fleury - 800Noticias
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Por: María García de Fleury

Dios le encomendó a San José la inmensa responsabilidad y privilegio de ser el esposo de la virgen María, el custodio de la Sagrada Familia. Estamos en la víspera de la celebración de la Divina Pastora y San José fue su esposo y protector, así como el padre en la tierra de Jesús, el buen pastor.

Mientras Jesús crecía, ¿Qué le enseñaría José para que luego él se proclamara como el buen pastor?

Buen pastor significa el que conoce a sus ovejas, y llama a cada una por su nombre, las ovejas conocen su voz. Además, un verdadero buen pastor cuida a sus ovejas y las alimenta, el buen pastor cura a la oveja herida, corrige su comportamiento, para seguridad futura. La característica más noble del verdadero buen pastor es que ama todas las ovejas de su rebaño, pero también a cada una de ellas individualmente de modo que le da a cada una un nombre especifico y ellas conocen su voz.

Este amor desinteresado del buen pastor se manifiesta en alto grado y en grado sublime en su voluntad de protegerlos, de proteger a sus ovejas, de sufrir por ellas e incluso hasta morir por ellas; no hay amor más grande que estar dispuesto a morir por los que amas y San José dedicó toda su vida al niño Jesús y a la Virgen María, por eso, podemos decir que todas estas cualidades del buen pastor se pueden aplicar perfectamente a San José, quien con seguridad conocía el salmo 23, el salmo del buen pastor, y se lo aplicó a sí mismo.

San José pastoreaba su rebaño que era su familia, los cuidó, los protegió, les dio de comer, los llevó a lugares tranquilos protegiéndolos del peligro.

Hoy los padres de familia pueden ser un buen pastor para el rebaño confiado de sus cuidados: su esposa y sus hijos. De hecho, uno de los mayores fracasos en el mundo moderno es la falta de verdaderos padres para sus rebaños, para sus familias.

San José les enseña a los padres de hoy a ser como el buen pastor. La primera cualidad de un padre de familia debería ser la de tener una relación profunda de oración y comunicación con Dios, El Padre. Nadie puede dar lo que no tiene, luego San José amo y estimó a María, su esposa. Su hijo era su posesión más preciada, Jesús el Señor.

Él mantenía a la familia trabajando duro como carpintero y luego siempre estuvo dispuesto para la familia en todas sus necesidades, los protegió del peligro, como vemos por ejemplo en la huida a media noche para proteger al niño Jesús del rey Herodes que buscaba hacer una matanza para acabar con el niño Jesús.

En la víspera de la fiesta de la Divina Pastora pidámosle a San José, su esposo, que podamos aprender de él, pues él siendo un hombre que se mantuvo en silencio supo cumplir siempre la voluntad de Dios porque sabía que con Dios ¡siempre ganamos!