San José, el esposo y el papá, por María García de Fleury

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Desde el principio del cristianismo se ha venerado a María como la madre de Dios y a san José se le ha venerado y se le ha pedido su ayuda por haber sido el esposo legal de María en la tierra y quien cargó a Jesús lo abrazo, lo ayudó a aprender a caminar, lo cuido, lo alimentó, conversó con él, lo guió.

Dios al escoger a María para ser la madre de Jesucristo, también escogió a José para que fuera su esposo legal y el padre de Jesucristo en la tierra, quiere decir que Dios al establecer a José como esposo de la virgen María, lo eligió para que fuera no solo el compañero de vida sino también el testigo de la virginidad y el tutor de la honestidad de ella. De aquí surge la dignidad y la santidad de san José, así como la participación de él en la grandeza de ser la familia en la tierra de la segunda persona de la santísima trinidad; dignidad que ha sido reconocida por la jerarquía de la iglesia, pues el papa Pío IX el 8 de diciembre de 1870 lo proclamó como el patrono de la iglesia católica.

El papa León 13 escribió en cíclica sobre san José, Pío X aprobó las letanías de san José e invitó a los fieles a honrarlo los días miércoles de cada semana.

Pio XII  instituyó la fiesta de san José obrero el 01 de mayo, el papa Juan XXIII lo nombró patrón del concilio vaticano segundo; Jun Pablo II dedicó la exhortación apostólica, redemptoris custos llamado a ser custodio del redentor a san José; el papa Benedicto XVI subrayó repetidamente la excelencia de las virtudes de san José; el papa Francisco declaró el año de san José desde el 8 de diciembre del 2020 al 8 de diciembre del 2021 a través de una carta apostólica llamada «Con corazón de padre».

El hecho de que Jesucristo el verbo de Dios se sometiera a José lo obedeciera y le diera el humor y la reverencia que los hijos le deben a sus propios padres, enseña la obligación que la naturaleza pone en la cabeza de la familia. José fue el custodio legítimo y natural cabeza y defensor de la sagrada familia y durante el curso entero de su vida cumplió plenamente con esos cargos y esas responsabilidades.

José se dedicó con gran amor, responsabilidad y solicitud en el día a día para proteger a su esposa y al divino niño y por su parte María y Jesús lo obedecieron y lo respetaron. José por ser el esposo de maría y el padre de Jesucristo, posee una forma de paternal autoridad sobre todos los cristianos.

Si la santísima virgen es la madre de Jesucristo y él se le entregó como madre de todos los cristianos en el monte calvario antes de morir, José fue quien cuidó y dirigió el divino bar que era la iglesia naciente.

San José es una clara indicación de parte de Dios de la importancia del papel clave del padre de la familia y de la que la paternidad humana fue diseñada por Dios para ser el pilar de la familia. Cuando el padre de familia que es reflejo de la paternidad de Dios desaparece, se produce el colapso y la desintegración de la familia y por lo tanto el desorden y el caos dentro de la sociedad.

José enseña la importancia de la familia, papá, mamá, hijo, porque así lo estableció Dios y con Dios siempre ganamos.