San Francisco de Sales, por María García de Fleury - 800Noticias
800Noticias
Religión

Por: María García de Fleury

San Francisco de Sales nació en los Alpes Franceses el 21 de agosto de 1567 en una familia noble de Saboya, tenía 10 años cuando recibió su primera comunión junto con  la confirmación, desde ese día se propuso visitar a diario a Jesús Sacramentado en la Capilla del colegio. Guiado por su mamá se trazó unos buenos propósitos como recuerdo de su primera comunión, estos propósitos eran cuatro: Rezar cada mañana y cada noche, cuando pasara por frente de una iglesia entrar a visitar a Jesús sacramentado, tercero, siempre ayudar a la gente más pobre y necesitada y cuarto leer libros buenos, especialmente vidas de Santos.

Durante toda su vida procuró ser enteramente fiel a estos propósitos, diariamente practicaba equitación y esgrima; a los 18 años estaba muy decidido a consagrarse a Dios e hizo votos de castidad perpetua poniéndose bajo la protección de la santísima Virgen, pero tuvo muchas pruebas, vivir en gracia de Dios en aquellos ambientes de la nobleza no era nada fácil, sin embargo, Francisco supo alejarse de toda ocasión peligrosa y de toda amistad que pudiera llevarlo a ofender a Dios y logró conservar así el alma incontaminada y admirablemente pura, basándose en la devoción a la Virgen María.

Francisco tenía muy mal carácter, pero hacía grandes esfuerzos buscando imitar a Jesucristo, manso y humilde de corazón y continuar la ruta de su amor hasta la muerte. Con la ayuda de la gracia, el dominio de sí mismo, con su trabajo interior consiguió reprimir y refrenar los movimiento de su mal carácter al punto que se le conoce como el santo de la amabilidad.

Influenciado por la doctrina de la predestinación que enseñaba Juan Calvino, sufría mucho pensando que se iba a condenar al infierno,  el remedio definitivo a estas  tentaciones, lo consiguió al arrodillarse ante una imagen de la santísima virgen y rezarle la famosa oración de San Bernardo, por eso a San Francisco de Sales se le pide que interceda por los que luchan contra sus propias debilidades, contra su mal carácter o por todo aquel que procura con esmero adquirir las virtudes cristianas.

En la Universidad de Padua se graduó al mismo tiempo en derecho civil y derecho canónico, un día lo atacaron varios estudiantes para humillarlo por ser tan piadoso, pero como conocía bien el arte de la esgrima sacó su espada y los desarmó a todos; cuando los vio derrotados le dijo:  «bueno, agradezcan que soy creyente y por eso no los hiero ni les hago mal», decía que prefería la muerte antes que ofender a Dios.

Después de ordenado sacerdote vivió muchos años defendiendo la doctrina católica frente a Calvino y sus seguidores, para combatirlo, entre otras cosas, de día escribía hojas clandestinas y las metía por debajo de las puertas de noche, por eso es el patrono de los periodistas. Su libro «Introducción a la vida devota» y «El tratado del amor de Dios» son clásicos de la espiritualidad.

Fue nombrado obispo de Ginebra, en Suiza, fundó con la baronesa de Chantal la Orden de la Visitación, de modo que las religiosas visitarán a los pobres. Inspiró a San Juan Bosco a ponerle su nombre a su orden religiosa, los Salesianos. Fue un gran predicador, buscando acercar almas a Dios, porque él sabía que con Dios ¡siempre ganamos!.

Únete a nuestro canal de Telegram, información sin censura.