San Francisco de Sales, patrono de escritores y periodistas, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
San Francisco de Sales nació el 21 de agosto 1567 en Thorens, Francia en una familia noble, su fiesta se celebra el 24 de enero y está considerado como uno de los santos más influyentes por sus escritos. Es el patrono de los periodistas y los escritores, estudió en la escuela jesuita de Clermont, en París. De joven se daba cuenta que vivir en gracia de Dios en los ambientes donde vivía, no era nada fácil.
Mientras estudió en la Universidad de Padua, San Francisco de Sales se propuso varias cosas para mantenerse siempre en estado de gracia y entonces hizo un detallado plan que incluía cada mañana a ver qué trabajo, con qué personas y actividades iba a realizar ese día y planear cómo iba a comportarse con ellos. A mediodía visitar el Santísimo Sacramento y hacer el examen particular examinando su defecto dominante viendo si había actuado con la virtud contraria a el y durante 19 años su examen particular fue acerca del mal genio que es un defecto muy fuerte y además una inclinación que tenía a ponerse bravísimo siempre.
Ningún día sin meditación, decía Sales, aunque fuera por media hora se dedicaba a pensar en los favores recibidos por el Señor en la grandeza de Dios, en las verdades de la Biblia o en los ejemplos de los santos. Se propuso también rezar cada día el rosario y no dejarlo de rezar ningún día en su vida y esta promesa siempre la cumplió.
En su trato con los demás se propuso ser amable, pero moderado y durante el día pensar en la presencia de Dios y antes de acostarse hacer un examen de conciencia de lo que había hecho bien y lo que había hecho mal, pedía perdón a Dios por sus faltas, daba gracias por las cosas buenas y terminaba rezando tres Ave María.
Así Francisco mantuvo protegido su corazón, se graduó de doctor en leyes en 1591 y en 1593 fue ordenado sacerdote. En 1594 lo enviaron a Charles, una antigua región de Sabadell para convertir a los calvinistas, a los seguidores del Juan Calvino, con su escritos y predicaciones logró convertirlos al catolicismo.
Se dedicó a la predicación y a confesar, decía «somos como águilas cuando miramos las imperfecciones ajenas y somos como topos cuando se trata de nuestras imperfecciones». En 1602 lo nombraron obispo de Ginebra y 8 años después en 1610 junto con la viuda Santa Juana de Chantal colaboró en la fundación de la Orden de la Visitación de Nuestra Señora, dedicada a las personas excluidas por problemas físicos de entrar en órdenes religiosas dedicadas a orar a visitar los pobres y enfermos.
Aunque el mismo admitía que tenía un temperamento muy fuerte, se controlaba y sus escritos reflejan gran dulzura, por eso se le conoce como el santo de la amabilidad. Decía: «se cazan más moscas con una gota de miel que con un cántaro de vinagre». También decía «el dinero que es como una escalera, si la llevas sobre los hombros te aplasta y se la pones a tus pies te eleva».
Escribió mucho y entre sus obras sobresalen Introducción a la vida devota, Tratado del amor de Dios, Defensa del estandarte de la Cruz. Uno de sus escritos más querido fue el de la Santísima Virgen María además de numerosas cartas y sermones. Francisco falleció en Lyon el 28 de diciembre 1622 y su vida mostró siempre gran realismo porque el sabía que con Dios ¡siempre ganamos!
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