San Felipe Neri, patrono de los humoristas, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
Felipe Neri nació en Florencia, Italia en 1515, huérfano de madre su papá lo mando a vivir a casa de un tío rico que deseaba dejarle todos sus bienes. Desde pequeño Felipe demostraba gran alegría y bondad, pero también se dio cuenta de que las riquezas le podían impedir dedicarse a Dios, por eso un día se alejó de la casa del riquísimo tio y se fue para Roma llevándose solamente la ropa que tenía puesta, se dio cuenta de que el ser humano busca la felicidad pero nada de este mundo puede dársela, la felicidad es el fruto sobrenatural de la presencia de Dios en el alma. En adelante, quería confiar solamente en Dios.
Enseño y estudió teología y filosofía, se dedicó a enseñar catecismo a los pobres;la corrupción de las costumbres, la indiferencia, los graves abusos abundaban en la iglesia. Los ideales paganos habían sustituido a los ideales cristianos, el pueblo se había alejado de Dios. La obra de San Felipe consistió en reorganizar la ciudad de Roma y lo hizo con tal éxito que lo llegaron a llamar el apóstol de Roma.
Por 40 años Felipe fue el mejor catequista de Roma y logró transformar la ciudad, había recibido de Dios el don de la alegría y de la amabilidad; como era tan simpático en su modo de tratar a la gente, fácilmente se hacía amigo de obreros, empleados, vendedores, niños de la calle, y empezaba a hablarles del alma, de Dios, de la salvación.
Siempre tenía alguna palabra oportuna acerca del amor de Dios y una de sus preguntas favoritas y frecuentes era: amigo ¿Cuándo vamos a empezar a volvernos mejores?, si la persona le demostraba buena voluntad, le explicaba los modos más fáciles para llegar a ser piadoso y para comenzar a portarse como Dios quiere, a alguno hasta los llevaba a atender enfermos en hospitales de caridad, que en ese tiempo eran pobrísimos y muy abandonados y necesitados de todo.
En 1548 fundó la Confraternidad de la Santísima Trinidad, una comunidad de seglares dedicada a ayudar a peregrinos, enfermos y pobres, fundó el Célebre Hospital de Santa Trinidad de los peregrinos, dónde se atendía a cientos de miles de peregrinos y cuidaban a los pobres durante la convalecencia.
Fue a los 36 años cuando se ordenó sacerdote e ingresó en la comunidad eclesiástica de San Girolamo en Roma, se dedicaba a confesar por horas de horas, tenía el poder de leer el pensamiento de sus penitentes y logró numerosas conversiones.
Fue consejero de muchas personas, incluso de cardenales, sus predicas se volvieron tan populares que se construyó un recinto especial en la nave de la iglesia para acomodar a los numerosos asistentes. San Felipe decía: «Un hombre sin oración, es un animal sin razón».
En su vida Felipe Neri con su gran espíritu de alegría y humor se consagró a rescatar a los jóvenes a llevarlos por el camino de Dios, fundó el oratorio en Roma en el cuál se hacía oración mental, se leía y comentaba el Evangelio, se aprendía sobre la vida de los santos, se enseñaba historia de la iglesia, se cantaba y el amor al prójimo se manifestaba en las obras de caridad; de ahí surgió la congregación de los oratorios.
Felipe Neri falleció el 26 de mayo de 1595, su cuerpo está incorrupto en Roma en la iglesia de Santa María de Valldonzella. Felipe Neri, en medio de su alegría y entrega a Dios, sabía que con Dios ¡siempre ganamos!
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