San Charbel, patrono de los que sufren en cuerpo y alma, por María García de Fleury
Por María García de Fleury
Muy por encima del mar Mediterráneo, en lo alto de una montaña en vuelta y la neblina y la llovizna, se encuentra el monasterio dónde está enterrado San Charbel Makhlouf el gran santo libanés. Fue un ermitaño que murió en 1898 y fue canonizado por el papa Pablo VI en 1977.
Charbel Makhlouf nació en 1828 en el norte del Líbano, su padre murió cuando Charbel tenía apenas 3 años y fue criado por su tío, era muy devoto incluso de niño, pero su tío no aprobados comportamiento piadoso. A los 23 años se escapó de su casa para convertirse en miembro del monasterio de San Maron tomando sus votos perpetuos en 1853 y siendo ordenado sacerdote en 1859.
Como sacerdote, monje y ermitaño católico maronita vivió durante casi 20 años dedicado con gran devoción a la oración, el trabajo manual y al silencio contemplativo.
Cercano al monasterio, está la ermita dónde vivió una rigurosa y profunda unión con Dios durante los últimos 23 años de su vida; Charbel trabajaba la tierra, realizaba trabajos manuales en el Monasterio de San Maron en Annaya donde vivió una vida de pureza, obediencia y unidad que aún no ha sido superada.
Este monasterio en si tiene casi 200 años y sigue las tradiciones de la orden de los monjes libaneses maronitas fundados en 1695.
Uno de los dichos favoritos de Charbel era «Oren sin cesar», tenía una extrema dedicación personal al Santísimo Sacramento y se sabía que levitaba durante la oración. A petición de sus superiores Charbel viajaba regular y alegremente a los pueblos cercanos para administrar los sacramentos; los superiores de Charbel observaban el poder sobrenatural de Dios obrando en su vida, e incluso algunos musulmanes lo conocían como un hacedor de maravillas.
Charbel sufrió un derrame cerebral mientras celebraba la Divina Liturgia de la Iglesia Católica maronita el 16 de diciembre de 1898 y murió en la noche buena de ese mismo año. San Charbel es conocido en el Líbano por las curaciones milagrosas de aquellos que visitan su tumba para buscar su intercesión, tanto cristianos como musulmanes. Se calcula que van unos cuatro millones de personas al año a visitarlo.
Desde 1950 se comenzaron a registrar formalmente las curaciones milagrosas, desde entonces se han archivado más de 29.000 milagros sin explicación que han sido atribuidos a Charbel. Antes de eso, los milagros solamente se verificaban mediante el testimonio de un sacerdote, ahora con la tecnología médica más avanzada disponible, los supuestos milagros requieren documentos médicos que demuestren la enfermedad inicial de la persona y más tarde su inexplicable buena salud.
San Charbel no tiene límites geográficos y confesionales, nada es imposible para su intercesión y cuando la gente le pide algo, él responde.
La tumba de San Charbel, desde 1952 se encuentra dentro de una capilla especial con forma de cueva construida en esta propiedad; su fiesta se celebra el 24 de julio reconociéndolo como gran intercesor de la iglesia católica, patrona de los que sufren en cuerpo y alma, venerado incluso por musulmanes y personas de otras religiones porque él vivió profundamente la presencia eucarística de Dios y con Dios0 ¡siempre ganamos!
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