San Bernardino de Siena, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
San Bernardino de Siena nació el 8 de septiembre de 1380 en una familia noble, a los 6 años quedó huérfano y fue educado por sus tías. Su juventud transcurrió activamente, estudió derecho civil y canónico, tenía 20 años cuando la peste invadió Siena y se dedicó a atender a las víctimas de la plaga junto con 10 compañeros.
Su dedicación incansable y heroica quebrantó su salud de tal manera que jampas la recuperó por completo. Cuando finalizó la peste Bernardino repartió su patrimonio entre los pobres e ingreso en la orden de los frailes menores de San Francisco de Asís, fue ordenado sacerdote en 1404 y se dedicó a predicar.
Hacía 1417 su don de la cuencia era tan evidente que predicaba en los mercados, ante auditorios de más de 30 mil personas, cada vez más Bernardino ejercía influencia en las turbulentas ciudades italianas.
A través de sus sermones Bernardino limpió a toda Italia de gran cantidad de pecados, se dice que los penitentes acudían a la confesión como hormigas y que en varias ciudades las reformas que sugería quedaron incorporadas en leyes que se conocen como las reformas de fray Bernardino.
A donde iba denunciaba los juicios imperantes, tan efectivamente que se prendían hogueras donde arrojaban carretas enteras de vanidades, atacaba el vicio de la usura y contribuyó a que se establecieran sociedades benéficas de préstamo conocidas como monte de piedad.
El tema central de Bernardino era la paz, recorrió a pie todo el largo y ancho de Italia actuando como pacificador, fue un gran propagador de la devoción al santísimo nombre de Jesús y a la eucaristía. Cargaba una tablilla en la que mostraba una ostia consagrada de la que se despedían rayos de luz alrededor y en el centro se veía un monograma que decía IHS, “Jesús Hijo santísimo”, así ayudó a popularizar como símbolo la eucaristía y la gran devoción por el santo nombre de Jesús.
Parece que inicio esta costumbre en Bolonia porque Bernardino logró que un impresor de barajas, quien se había arruinado por sus sermones en contra del juego, empezara a imprimir y vender estos estandartes con el nombre de Jesús. Finalmente, el hombre recuperó su trabajo y empezó a ganar dinero de nuevo.
Bernardino sufrió persecución y oposición, fue suspendido como predicador por el propio Papa Martín V, pero pronto se dio cuenta de la virtud y entrega de Bernardino reconociéndolo de tal forma que en tres ocasiones le ofreció ser obispo, pero Bernardino lo rechazó porque quería seguir predicando.
San Bernardino de Siena fue un gran reformador de la orden Franciscana, un destacado organizador, fundó más de 200 monasterios, es reconocido como el mayor misionero de Italia del siglo XV, el más grande predicador de su tiempo, el apóstol del santo nombre de Jesús.
Bernardino falleció en 1444, y es uno de los santos más populares de Italia porque siempre llevó en alto el nombre de Jesús que es Dios y con Dios ¡siempre ganamos!