San Atanasio, Doctor y Padre de la Iglesia Oriental
Por: María García de Fleury
Atanasio nació en Egipto, en la célebra ciudad de Alejandría, en el año 2095; desde pequeño escuchaba de las sangrientas persecuciones emprendidas por el imperio contra los cristianos, tuvo una importante formación académica en filosofía, gramática y teología, dominaba el griego común, el griego clásico y el griego y el copto, que es un idioma que se desarrolló en Egipto a principio de la era cristiana y que contiene partes del alfabeto griego.
Desde su juventud, Atanacio demostró talento para escribir, en el año 326 fue ordenado sacerdote por el obispo alejandro. Atanasio tenía un caracter impetuoso y tenáz, por eso tuvo amigos entusiastas y grandes enemigos. Era un místico fervoroso que se preocupó por defender la realidad de la salvación por la encarnación de Jesúcristo como verdadero Dios y verdadero hombre, así como la independencia de la iglesia y de la autoridad política.
Fue el duro y tenáz luchador que requerían el tiempo y las circunstancias, el primero de sus escritos de llamó «Contra los paganos» y otro «La encarnación del verbo». El obispo de Alejandría lo nombró su secretario y fue con él al concilio ecuménico de nicea porque iban a combatir a los partidarios de Arrio, quienes negaban que Jesucristo era Dios.
Atanasio planteaba que si Cristo no es hijo de Dios, y él mismo no es Dios, ¿A qué queda reducida la salvación de la humanidad?
La elocuencia de Atanasio fue tan grande que de tener un papel secundario pasó a ser una de las voces más fuertes en el concilio, refutando los argumentos de Arrio, quien finalmente no se retractó y fue excomulgado. De inmediato, Atanasio escribió cartas a los obispos de Oriente advirtiendoles del peligro que suponía tergiversar la doctrina sobre Cristo.
El emperador Constantino sabía que esta controversia debía ser resuelta lo más rapidamente posible e impedir su difusión en occidente, porque era un peligro para la estabilidad y la unidad tanto del imperio como de la iglesia. A los 33 años, Atanasio fue elegido por aclamación popular como obispo de Alejandria pero los Arrianos como tenían mucha influencia y poder, lo convirtieron en blanco de poder político, comenzaron a perseguirlo y consiguieron que fuera desterrado de Alejandría.
Fue exiliado en cinco oportunidades distintas, pero a pesar de ello no desistió jamás en su fidelidad a Cristo y a la iglesia. Era tan persistente en la defensa de la fe que, por ejemplo, en el año 356, cinco mil soldados rodearon el templo donde vivía para arrestarlo, pero Atanasio una vez más logró escaparse y huyó al desierto donde fue recibido por los monjes anacoretas, y desde allí siguió escribiendo a los fieles de Alejandría y redactó la biografía de San Antonio Abad, que había sido su compañero y amigo.
Atanasio murió el 2 de mayo de 373, lleno de gloria y en plena posesión de su sede episcopal, luego de haber servido como obispo durante 45 años y haber pasado en total 18 años de su vida en el destierro. Fue una de las figuras más importantes de los primeros siglos de la iglesia por su defensa a Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, sim importarle los ataques que le hicieran. Es considerado como uno de los padres de la iglesia y declarado Doctor de la iglesia por el papa San Pío V, su vida fue una verdadera odisea de sufrimiento en defensa de la fe en la santísima Trinidad, porque estaba convencido de que Jesús era Dios y que con Dios ¡siempre ganamos!