San Antonio Abad, por María García de Fleury - 800Noticias
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Religión

Por María García de Fleury

Antonio nació en un pueblo del Alto Egipto alrededor del año 251, más o menos a los 20 años se conmovió con un texto evangélico que dice: «Si quieres ser perfecto ve y vende todo lo que tienes y dalo a los pobres, toma tu cruz y sígueme, porque habrá para ti un tesoro en el cielo».

Antonio reflexionó sobre esta lectura, salió de la iglesia fue y puso en orden su casa y los bienes que había heredado de sus padres, vendió todas sus posesiones, entregó el dinero a los pobres y se retiró a la soledad siguiendo el ejemplo de un anciano ermitaño de los alrededores.

El trabajo manual, la oración y la lectura fueron de ahí en adelante su principal ocupación, luego paso muchos años ayudando a otros ermitaños a dirigir su vida espiritual en el desierto, más tarde se fue internando mucho más en el desierto para vivir en absoluta soledad. Antonio son muchas veces tentado por el demonio en el desierto y la tentación de Antonio se volvió un tema favorito de la iconografía cristiana, representado por numerosos pintores con demonios y alimañas.

Hacia el año 305 Antonio comenzó a vivir en comunidad con sus discípulos porque su fama de santo y austero había traído a numerosas persona, a ellos le organizó en un grupo de ermitaños  junto a Pispir y otro en Arsínoe, por eso se le considera el fundador de la tradición monacal cristiana, sin embargo y pese al atractivo que su carisma ejercía, nunca optó por la vida en comunidad y se retiró al monte Colzim, cerca del mar Rojo como ermitaño.

En comunidad vivió apenas durante 5 o 6 años y después volvió a refugiarse en la montaña, abandonó su retiro alrededor del año 311 para visitar la ciudad de Alejandría y predicar contra el arrianismo, esa herejía que decía que Dios Padre no era igual a Dios Hijo. Allí predicó en la unidad del Hijo con el Padre, todo el pueblo se reunía para verlo y escucharlo, aún los paganos decían: «queremos ver al hombre de Dios».

Antonio convirtió a muchos de ellos y obró una serie de milagros, por ejemplo, en la puerta de la ciudad curó a una muchacha poseída de un mal espíritu. Se cuenta también que en una ocasión se le acercó una jabalina con sus jabatos que estaban ciegos en actitud de suplica, Antonio curó la ceguera de los animales y desde entonces la madre no se separó de él y le defendió de cualquier alimaña que se acercará, pero con el tiempo y por la idea de que el cerdo era un animal impuro se hizo costumbre representarlo dominando la impureza y por eso lo colocaban con un cerdo domado a sus pies, porque era vencedor de la impureza. Se dice que vivió 105 años y que murió en el año 356.

San Antonio Abad es considerado el fundador del monacato por su vida de retiro, es el patrón de los animales y esto se debe a dos razones principales, sus episodios con las bestias salvajes durante su primer año de retiro y su descubrimiento de la sabiduría a base de observar a los animales y del amor divino a través de la naturaleza.

Antonio vivió su vida buscando y predicando las verdades enseñadas por Cristo, porque él sabía que con Dios ¡siempre ganamos!

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